Como millones de otros jóvenes chinos, Song Yuedong, de 16 años, ve a sus padres una vez al año. Mientras un ejército de migrantes chinos trabaja duro por construir el futuro de la nación, sus hijos quedan a cargo de familiares y, a menudo, solo conocen a sus padres como voces al otro lado del teléfono.UN INFORME DE AFPTV.
http://youtu.be/Qs6OEmstYCw
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