Los problemas de los inmigrantes
empieza primero por la familia, porque si una persona sale de África o de su
país por ejemplo Senegal, para venir a España ellos piensan que vivir en Europa
es muy fácil, piensan que hay mucho dinero, mucho trabajo y toda tu familia
espera los fines de mes a que les manden dinero.
Pero no es como piensan porque
aquí no hay nada, ni trabajo, ni dinero y si estás en Europa vas a sufrir más
que ellos, mucho más, porque si quieres salir adelante hay que aceptar el
sufrimiento, el cansancio porque algunos vienen sin conocer a nadie, sin tener
dinero, sin tener trabajo y sin poder hablar español y lo que les pasa es que
van a dormir por la calle, comen por las
papeleras, algunos mueren de frío, y todavía las familias no creen eso y después. Si no mandas dinero nadie te
va a querer.
Es un problema muy difícil para
los inmigrantes.
Ojalá que las familias comprendan
a sus hijos.
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Yo nací en Dakar, Senegal. Mi padre emigró a España cuando
tenía cinco o siete años. Mi padre
llamaba por teléfono dos veces a la semana y a final de mes enviaba dinero.
Cuando vino de vacaciones llegó en avión, y yo creí que tenía dinero. Me trajo unas botas de fútbol nuevas y me compró
una bicicleta. Traía ropas, zapatos, y dinero. Yo pensaba que mi padre tiene
mucho dinero y que estar en Europa es lo
mismo que estar trabajando con un buen sueldo. Otros llegaban con coches
nuevos, con muchos regalos para toda la familia.
Luego mi padre empezó a decirnos
que había que esperar para recibir dinero quince días, había veces que enviaba poco, él decía que no lo tenía pero no lo creíamos.
Yo pensaba que no quiere sacar dinero, que no quiere enviarnos el dinero. Yo
seguía creyendo que estar en Europa era tener mucho, mucho dinero.
Ahora llevo casi un año en España
y sé que aquí no hay ni trabajo, ni dinero, ni la vida es perfecta, ni es fácil.
Mi padre tiene que enviar dinero y hay veces que no puede mandar mucho
porque la vida aquí es muy difícil.
Deseo que todas las familias entiendan a sus hijos y no crean cosas malas de ellos cuando no pueden enviar dinero.
¿Alguien sabe qué hacer para que las familias entiendan a sus hijos cuando están en otros países?
Cheikhna
Mactar Thiam Fall, senegalés nacido en 1969, ha ejercido la docencia en su país du- rante más de quince años. Desde que se instaló en Barcelona tras estancias de diferente duración en Alemania, Francia e Italia, se ha dedicado a la enseñanza del wólof, el idioma mayoritario de su país, y ha realizado además una significativa labor de mediación y soporte social con los jóvenes inmigrados africanos. Además de esta obra, en la actualidad prepara otros títulos claves para el aprendizaje bilingüe español-wólof, wólof-español y català-wòlof, wòlof-català. Asimismo, es director y productor de la serie documental Bitim Réew
ResponderEliminarEste documental Bitim Reew es una buena respuesta. se iba a emitir en Senegal para que las familias escuchen y vean las duras condiciones en que viven sus hijos en Europa, lejos de casa.
Es duro, difícil el camino hacia la verdad y sus caras poliédricas.
http://castellano2lengua.blogspot.com.es/2013/05/flujos-migratorios-desde-senegal.html
ResponderEliminarEn esta entrada una madre senegalesa Yaye Bayem Diouf, senegalesa
Presidenta de las Madres y Viudas de los cayucos. Perdió a su único hijo en el trayecto entre Senegal y las Canarias Invitada por CEAR (Comisión Española de Ayuda al Refugiado) y la Fundación CEAR, impulsa los proyectos para el desarrollo de poblaciones que han perdido a muchos de sus jóvenes Y sensibiliza sobre las causas de la inmigración africana y apoya a los proyectos sociales que su asociación está desarrollando en Thiaroye Sur Mer, población costera que ha perdido a muchos de sus hombres.
Yaye Bayem, de 48 años, organizó tras perder a su único hijo una asociación que agrupa a más de medio millar de familiares de víctimas de los cayucos en Thiaroye. Unas familias que, además de haber perdido a sus seres queridos, se enfrentan al desamparo social, con las deudas que contrajeron para costear el viaje a Europa en busca de una vida digna y sin ningún apoyo económico o psicológico. La asociación que preside pretende enfrentar estas carencias,y ha concedido ya numerosos microcréditos a mujeres víctimas de la migración clandestina para el desarrollo de alternativas laborales.