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sábado, 16 de abril de 2016

PALABRAS EN ESPAÑOL DE ORIGEN AFRICANO

Zombi y otras palabras de origen africano en el español

Alejandro de los Santos 10 febrero, 2015
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Gabriel García Márquez escogió el nombre de Macondo para el escenario donde se sucedieron las desventuras de la familia Buendía de Cien años de soledad. El escritor se inspiró en su pueblo natal, Aracataca, para crear un lugar ficticio que representara la vida mundana y telúrica de gran parte de las zonas rurales de América Latina. Macondo es uno de los lugares comunes más universales de la historia de la literatura y se ha especulado bastante acerca de su etimología. Como sabemos, Gabo procedía de la franja del Caribe colombiano, donde se concentra gran parte de la población afrodescendiente de este país. Pues bien, el propio García Márquez confesó en Vivir para contarla que Macondo era el nombre de una hacienda cercana a su tierra natal donde se cultivaban plátanos. La palabra intrigó durante años al filólogo español Germán de Granda, único académico que ha incidido en la inclusión de palabras bantúes en el diccionario de la Real Academia Española, por la elevada población de origen africano que trabajaba en las plantaciones colombianas. Tras rastrear publicaciones sobre los africanismos en la lengua española de América Latina, de Granda halló que macondo era utilizada por grupos de esclavos para designar el plátano, uno de los productos agrícolas más extendidos en los campos.
Como cualquier otra lengua el español siempre se ha enriquecido del contacto con otros idiomas. Si actualmente el inglés sería la mayor referencia en lo que influencia lingüística se refiere, especialmente en América Latina, a partir del medievo el castellano fue sumando una ingente cantidad de vocablos árabes y bereberes que se utilizaban en la península debido a la dilatada presencia de los musulmanes. De acuerdo con los datos facilitados por Víctor García de la Concha, director del Instituto Cervantes, en el diccionario de la Real Academia Española habría alrededor de 13.000 palabras de origen árabe. Puntualicemos que muchas de ellas no son originarias del árabe clásico, sino de las lenguas y de los dialectos hablados en el norte de África. A modo de ejemplo, podemos citar la palabra “zapato”, que aparece en el diccionario como término de origen árabe. Sin embargo, en la lengua clásica sería “hidá” (difícil transcripción), en cuanto que en Marruecos o en Túnez se emplearía el vocablo “sabat”, origen directo de nuestro “zapato”. Por lo tanto, aquí tendríamos un primer estadio de influencia norteafricana en el idioma de Cervantes, aunque se trata de un fenómeno lingüístico más estudiado y conocido por todos.
Biblioteca de Chinguetti, Mauritania. Foto de Olivier Blaise.
Chinguetti, Mauritania. Foto de Olivier Blaise.
Por otro lado, está mucho menos documentada la existencia de palabras en la lengua española procedentes del África subsahariana. En América Latina, con la presencia de cerca de 14 millones de esclavos del siglo XVI al XIX, la afluencia de vocablos procedentes de etnias yoruba, kimbunda o kikongo se manifiesta en mayor medida en las variantes del castellano de algunas zonas con elevada influencia africana. A pesar de la numerosa población negra, ningún idioma del continente africano llegó a convertirse en lengua franca por largos períodos. El español tendió a absorber los términos africanos y en casos más concretos surgieron ejemplos de lenguas criollas como el palenquero en Colombia. Sabemos por Gilberto Freire que una de las estrategias más habituales de los colonizadores europeos fue mezclar a poblaciones de diferentes pueblos con el fin de evitar el entendimiento entre los esclavos y así disminuir las posibilidades de que estallaran rebeliones contra el poder colonial. Aunque la inmensa mayoría de los esclavos eran de origen bantú, la proximidad lingüística que existía entre ellos no era suficiente para que se estableciera una comunicación fluida. De este modo, resultó más fácil aliñar la lengua del colonizador con palabras propias.
En países como Cuba es a partir de los años 70 y 80 del siglo XX cuando se inician los primeros estudios científicos más especializados sobre la cuestión. En los últimos años se han realizado investigaciones acerca de este fenómeno en países como Argentina, Colombia, Panamá, República Dominicana o Venezuela. Algunas instituciones por fin se han tomado más en serio el establecimiento de estrategias de investigación triangulares entre España, África y América sobre el componente cultural y lingüístico de corte bantú. El elemento cultural afroamericano es indisociable para el estudio del influjo bantú en el español de esos países, pues según la investigadora Gema Valdés Acosta, la mayoría de los vocablos de origen africano en Cuba están estrechamente ligados a los rituales religiosos. La inmensa mayoría procede del kikongo, lengua hablada en Angola, República Democrática del Congo, República del Congo y Gabón. No obstante, Valdés Acosta reconoce que en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española existen bastantes términos de origen africano que no han sido suficientemente estudiados. Tal vez estas nuevas líneas de investigación abran nuevos horizontes para el conocimiento general de la presencia de las lenguas del África subsahariana en nuestra lengua.
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Si atendemos al influjo subsahariano en la lengua portuguesa, comprobaremos que el diccionario publicado por Porto Editora, una de las grandes referencias, contiene numerosas anotaciones sobre términos de origen africano en las variantes lingüísticas de Brasil y de Portugal. La tarea de descifrar su etimología resulta más sencilla para los lusófonos puesto que los puntos de partida de la mayoría de los esclavos se situaban en Angola o Mozambique, colonias lusas hasta hace apenas 40 años y países que forman parte a día de hoy de la comunidad de expresión en lengua portuguesa. Los avances del portugués en este sentido han permitido aclarar el origen de algunas palabras del español, pues ambos idiomas comparten un número destacado de coincidencias lingüísticas.

Glosario de palabras de origen africano en el español

Para la elaboración de este breve glosario nos basamos en el diccionario de la RAE en gran medida, aunque hemos acudido a otras fuentes para salvar las amplias lagunas y carencias mencionadas más arriba.
Argán. Del bereber argan. De las semillas de esta planta de origen marroquí se extrae el aceite utilizado principalmente para combatir las huellas del paso del tiempo en la piel. Es uno de los ingredientes indispensables de la cosmética tradicional de Marruecos y desde hace algunos años su consumo se ha normalizado en occidente.
Bachata. De origen africano. El diccionario de la RAE incluye dos acepciones. El significado de fiesta quedó en desuso pero es uno de los múltiples términos empleados para fiesta de negros en el español como tango, rumba o fandango. Es una de las músicas más populares de la República Dominicana.
Banana. Voz del Congo. Más arriba mencionamos la etimología de macondo y su relación con el plátano. Según la RAE banana también es un término de origen africano, algo que parece tener bastante sentido considerando el destino de parte de la mano de obra esclava en América Latina.
Cachimba: De acuerdo con la RAE, la famosa pipa para fumar llegaría al español a través del término portugués cacimba, y este a su vez del bantú cazimba. Si consultamos el diccionario de Porto Editora, la palabra proviene del kimbundo pero no del término indicado por la máxima autoridad de la lengua española, sino de quixima, que significa “pozo de agua”.
"Candombe" del pintor uruguayo Pedro Figari.
“Candombe” del pintor uruguayo Pedro Figari.
Candombe: la RAE generaliza su procedencia, “de or. africano”, mientras que Porto Editora especifica el origen etimológico del término: “voz del kimbundo ka’nome”. Es una de las manifestaciones culturales más importantes de los afrodescendientes de Uruguay, Argentina y Brasil, aunque sólo en este último país se mantiene su vertiente más religiosa. En el candombe está el origen del tango argentino, cuya historia está íntimamente relacionada con los esclavos africanos.
Chimpancé: al español llega del francés y según el diccionario de lengua francesa Larousse, la palabra es originaria de algún idioma del Congo.
Conga. La RAE sostiene que procede de congo, sin excederse en muchos más detalles. Gema Valdés Acosta esclarece que el origen del término estaría en nkunga, canto.
Funk. No se trata de una palabra española y no aparece en el diccionario de la RAE. Al ser uno de los géneros musicales más apreciados del momento, el uso nos empuja a incluirla en este listado. La palabra funk en inglés apela a un olor intenso con connotaciones peyorativas. El historiador Robert Farris Thompson relaciona la raíz semántica de funk con la palabra lu-fuki del kikongo, cuyo significado se asemeja al referido anteriormente: mal olor corporal. Dentro del gremio del jazz los términos funky y lu-fuki se identificaban con aquellas personas dedicadas a su trabajo con determinación.
Marimba. De origen africano. Es uno de los instrumentos más extendidos del continente africano. Guarda una clara similitud con el xilófono y es conocido como balafón en algunas regiones de África. Es uno de los acompañantes más habituales de la música tradicional de países como México o Guatemala. Según el diccionario de Porto Editora la etimología se remonta al kimbundo y se explicaría por la unión de ma, prefijo que designa el plural, y rimba, tambor.
Macaco. Aterriza en el español a través del portugués, macaco, voz del Congo, que designa una especie de mono. En la lengua original significaría “algunos monos”.
Milonga. Ni la RAE ni Porto Editora recogen la proveniencia de su etimología. Numerosas fuentes apuntan a su origen quimbundo y sostienen que se tratan del plural de mulonga, palabra. Se trata de una composición musical folclórica argentina de tono nostálgico que se ejecuta con la guitarra y estrechamente asociado al tango. La milonga también es uno de los palos de ida y vuelta del flamenco y fue introducido por Josefa Díaz, Pepa de Oro. Otra definición del término es “Engaño, cuento”.
Mucama. La RAE indica el origen portugués de la palabra, que a su vez es referida en el diccionario de Porto Editora como de origen kimbundo, mu’kama, concubina esclava. En América Latina se emplea para la persona encargada del servicio doméstico.
Ñame. Voz del Congo según la RAE. Planta herbácea muy común en los países intertropicales, muy habitual en América Latina.
Quilombo. La RAE le otorga un origen africano que confirma claramente Porto Editora: del kimbundu kilombo, “unión, población”. El término ha ido adquiriendo connotaciones negativas en países como Argentina, Bolivia, Uruguay o Colombia de desorden, lío, ruido. Importante saber que en la era colonial los quilombos eran poblados independientes donde se escondían los esclavos fugitivos.
Tanga. La RAE anota en su diccionario que el origen de la palabra es tupí, lengua mayoritaria de los indígenas de Brasil. No obstante, si pesquisamos detenidamente en varios diccionarios de referencia de la lengua portuguesa descubriremos que este complemento de la lencería deriva del quimbundo ntanga, “trapo”. El diccionario de Aurélio Buarque de Holanda, biblia lingüística del portugués brasileño, también coincide en asignarle una raíz africana al término.
Tango. La raíz del término es algo confusa y dependiendo de las fuentes nos toparemos con diferentes teorías. La RAE afirma que tal vez se trate de una voz onomatopéyica. Si leemos la definición comprobaremos que una de las acepciones alude a una “fiesta y baile de gente de origen africano o popular en algunos países de América”. Sabemos que la formación del tango argentino tiene una estrecha relación con los negros que trabajaban en los puertos del Mar del Plata y que, según el flamencólogo Ortiz Nuevo, los tangos flamencos llegaron a España desde Latinoamérica a ritmo de un compás binario de evidente estirpe africana. El diccionario Collins mantiene que tango procedería de tamgu, baile en lengua ibibio. Todos estos argumentos y la lógica deductiva nos incitan a creer casi a pies juntillas que el germen de este vocablo está en el continente africano.
"Samba" de la pintora brasileña Anita Malfatti (1945)
“Samba” de la pintora brasileña Anita Malfatti (1945)
Samba. No parece haber ninguna duda sobre el nombre del género musical brasileño por antonomasia. Del kimbundo semba, zona donde se encuentra el ombligo, según el diccionario de Porto Editora.
Safari. La raíz del término pertenecería al árabe sáfara, viajar, aunque debemos al swahili el significado actual de la palabra.
Vudú. Voz de origen de África occidental que significa ‘espíritu’ para la RAE. Porto Editora especifica bastante más: del idioma del Reino de Dahomey vodu, por el inglés voodoo.
Zombi. Los fans de Walking Dead podrán dormir más tranquilos esta noche. Es uno de los pocos vocablos a los que la RAE le asigna un claro lazo lingüístico con el continente africano: “voz, de or. africano occid”. Porto Editora concreta más aún, del kimbundu nzúmbi, espectro.

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