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viernes, 1 de septiembre de 2017

Me llamo Adou

'Me llamo Adou', la conmovedora historia del niño de la maleta que denuncia la arbitrariedad de las leyes de Extranjería

En el año de los récords, cuando guerras y convulsiones empujaron hacia Europa a millones de personas, cuando las miradas estaban puestas en el mar, que se tragaba miles de vidas y creíamos haberlo visto todo, el mundo se asombró con una nueva escena perturbadora: un niño metido en una maleta, descubierto en el control fronterizo del Tarajal, en Ceuta.

"Mi padre quiere que sea médico, pero yo quiero ser futbolista como Messi y jugar en el Barcelona o en el Paris Saint-Germain... Hacía años que quería reunirme con mi padre, mi madre y mis hermanos en España, pero no nos lo permitían. Estar dentro de un equipaje es increíble, sí, pero quiero que se sepa por qué acabé entrando en Europa metido en una maleta". 'Me llamo Adou', de Nicolás Castellano, refleja la verdadera historia del niño de la maleta que conmovió al mundo.
El libro, de la Editorial Planeta, es una pequeña gran historia de este tiempo. Una historia de amor y sufrimiento, la historia del viaje de ese padre, el profesor Alí Ouattara, huyendo de la miseria por media África, camino de España. La de la angustia y las dudas de su mujer, Lucier, entre costa de Marfil, España y Francia. Y, sobre todo, la de Adou Nery Ouattara, el chiquillo que por unos días alcanzó la fama mundial sin quererlo.
Esta obra sirve para denunciar la arbitrariedad de las leyes de Extranjería que regulan la reagrupación familiar, que condenan a miles de familias migrantes a separarse de sus hijos durante años o si no para siempre debido a los exigentes requisitos para llevarlo a cabo. En el caso de Adou es todavía más llamativo, porque su padre, emigrado a España, cumplía con todos los criterios que exige la legislación de nuestro país para que un emigrante pueda traerse a un hijo menor y, sin embargo, tuvo que acudir a una red de traficantes para realizar el lícito proyecto familiar de reunir a todos su hijos con su madre y su padre.
"Estamos acostumbrados a ver de todo. El dolor es rutina, el placer es rutina, el asombro es rutina", escribe Luis García Montero en el prólogo de este libro. De vez en cuando alguna imagen especialmente dura nos golpea la conciencia. Pero incluso en esos casos, el sentimiento no dura demasiado. Tiene razón García Montero cuando dice que "la piedad fugaz caracteriza nuestra vida líquida". Sin embargo -quizá por aquello de que la muerte de un hombre es una tragedia y la de mil, una estadística- conviene retener algunas historias individuales, como la de Adou, de Nicolás Castellano, anclarlas en la memoria para que la terrible tragedia humana no se diluya en la frialdad de las cifras.
Nicolás Castellano (Las Palmas de Gran Canaria, 1977) es periodista especializado en migraciones, asilo y derechos humanos. Su trabajo se ha convertido en una referencia imprescindible en este campo. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, desde el año 2000 desarrolla su carrera profesional en la Cadena SER, primero en SER Las Palmas, como jefe de Informativos (de 2005 a 2007) y desde entonces hasta hoy en la redacción de Madrid. Durante los últimos 16 años se ha especializado en el fenómeno de la inmigración.

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