lunes, 29 de septiembre de 2014

¿Por qué venimos en pateras y no en Iberia?

¿Por qué venimos en pateras y no en iberia?
 Imprimir Email POST 12 SEPTIEMBRE 2014 ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN EN 19 SEPTIEMBRE 2014 ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN EN 19 SEPTIEMBRE 2014 VISITAS: 101

AFROKAIRÓS - (12/09/2014): Soy Amal, una chica saharaui. Vivo en el desierto argelino, en Tindouf, donde los campamentos de refugiados saharauis. Ahora voy a contar por qué me dispongo a ir a España en patera y no en Iberia. Es una historia que empieza bien, pero se va haciendo larga, fea, cruel y el final, aún por ver, quizás no sea feliz. Pero es real, aunque cueste creerla. Hasta me han dicho que daría para una película, pero yo no quiero ser artista, lo que quiero es ir a Madrid a visitar a mi familia.


Mi familia española es la familia que me acogió los veranos cuando era una niña. Cuando llegábamos salíamos en los periódicos españoles, nos daban la bienvenida y nos hacían muchas fotos sonrientes. Nos preguntaban y contábamos que eran unas vacaciones felices, haciendo amigos, bañándonos y montando en bici. Las autoridades también salían en las fotos, se aplaudían por el programa Vacaciones en Paz, diciendo que nos venía muy bien para cuidar la salud y agradecían la sensibilidad de las familias que nos acogían. Cuando cumples 12 años ya no te dejan volver. Pero mi familia y yo hemos mantenido siempre el contacto. Me llaman al empezar el curso y al terminarlo, se interesan por mis estudios, me felicitan el cumple y el de mi madre. Cuando saben que alguien viaja a los campamentos me mandan un paquetito con regalos. Yo les llamo para preguntar por la abuela y por todos. Una vez vinieron a visitarme a mi campamento en Smara. Durmieron en nuestra jaima y vivieron como los saharauis.

Mayor de edad con pasaporte para viajar
Así hasta que haces 18 años y, si tienes suerte, te dan un pasaporte a tu nombre, ese anhelado papel que da derecho a viajar, a salir de tu país, a cruzar las fronteras como hacen las personas libres. Mi familia en Madrid, encantada con la noticia de mi mayoría de edad y pasaporte, se dispuso a invitarme a pasar un verano más con ellos. A gastos pagados, como hicieron cuando era niña. Todos estábamos emocionados con la idea del reencuentro después de tantos años. Mi madre y mi padre de acogida, la abuela, mis primas, los tíos, mis amigos, todos querían verme y abrazarme, saber de mí y de mi familia, de la vida en el desierto, de mis estudios y de mi futuro. Y yo feliz con ese reencuentro con el que tanto había soñado los últimos años.

El Reino de España me invita
Mi familia formaliza la invitación a ir a España a gastos pagados. Me da pena saber la cantidad de tiempo, dinero e inconvenientes que les lleva. Tienen que ir a la policía, que les advierte de multas y cárceles, justificar su identidad, nuestra relación, sus medios económicos para invitarme, pagar las exhorbitantes tasas, contratarme un seguro privado por dos meses, reservarme billete de avión en Iberia de ida y vuelta desde Argelia a España, y añaden una carta contándolo todo otra vez para adjuntarlo a mi dossier. Me mandan los documentos originales, detalle que tampoco es fácil, porque a un campamento de refugiados en el desierto no llegan ni correos ni servicios de mensajería. Entre los documentos recibidos hay uno que me enorgullece, un documento muy oficial, en un papel muy bonito, con muchos sellos, encabezado con el membrete “Reino de España” y “Carta de Invitación” que acredita que estoy invitada a ir a España por dos meses, ya que mi familia se compromete a alojarme. Y hay un billete de avión, en Iberia, de ida y vuelta, de Argel a Madrid, a mi nombre, Amal Salem. Así se entra por la puerta grande.

Sólo falta el visado español
¿Qué más se puede pedir? ¿Preparo el equipaje? Falta un último detalle, el visado español, el sello adicional en el pasaporte que te autoriza la entrada en el país. Lo pone el Consulado de España en Argelia. No te preocupes, me dice mi familia desde Madrid, es un trámite de la administración española, la misma que te ha cursado la invitación oficial, y tienes todos los demás papeles en regla. Te tienen que dejar entrar. Si no, sería como si el dueño de una finca te invitara a una fiesta y el portero no te dejara pasar. Vale, digo, sin entender mucho.

Empieza la trampa
Empiezo llamando al Consulado español en Argelia, que me dice que están muy ocupados y que ahora se encarga de los visados una empresa, la agencia VFS Global. Llamo a la agencia y me dicen que vaya a solicitar el visado cuando quiera, pero que tengo que solicitarlo en persona, en la oficina de Orán o Argel. Argelia es un país muy grande. Yo vivo en Tindouf y hay que atravesar 1.400 km de desierto para llegar a Orán y 1.700 km hasta Argel. Dicen que el visado se solicita en persona, a lo antiguo, que no vale ni teléfono, ni fax, ni email, ni web, ni webcam para verte. Los españoles de Argelia nos lo ponen muy difícil a los saharauis, que vivimos muy lejos y sin apenas recursos para acceder donde ellos. Consigo recorrer los 1.700 km de Tindouf a Argel para solicitar el visado, les entrego toda la documentación, la carta de invitación oficial del Reino de España, la carta de mi familia española justificando la invitación y los medios económicos, el billete de ida y vuelta en Iberia, el seguro a mi nombre, las identificaciones… Me dicen que estudiarán el dossier y que vuelva en quince días a por el resultado. Como no tengo medios para mantenerme en Argel esos 15 días, desando los 1.700 km de camino para esperar en casa, contenta, porque al entregar la documentación me han dicho que todo estaba bien.

Y la trampa me atrapa
A los quince días me avisan para recoger el resultado del visado. Es un sobre que me darán, de nuevo, en persona. ¿No tendrán teléfonos los españoles de Argelia para comunicarnos sus resoluciones? Todo va bien, me dijeron al entregar la documentación, todo va bien, me dicen los saharauis, todo está bien, me dice mi familia española. Un último esfuerzo económico a afrontar. Recorrer otra vez los 1.700 km hasta Argel, para recoger el visado. Y esta vez volar de seguido a Madrid, en Iberia, donde mi familia española me espera, felices todos de volver a pasar nuestros dos meses de vacaciones juntos.
Tras tres días dando tumbos en el autobús que atraviesa el desierto, llego por fin a Argel y voy rápido a recoger el visado. Me dan un sobre a mi nombre, en su interior un simple formulario en el que tan sólo se han molestado en hacer un aspa en la casilla 2 “l’objet et les conditions du sejour envisagé n’ont pas été justifiés”. No entiendo nada, literalmente, pues yo hablo español y árabe, el único idioma oficial de Argelia. Un amigo me ayuda en su traducción, que no te dejan ir, que no está justificado el viaje. ¿Los españoles de Argelia habrán leído algo del dossier que presenté? Y sin parar de llorar, por mí, por mi familia saharaui, por mi familia española y por todas las personas que nacimos del lado equivocado de las fronteras recorro, por cuarta vez, los 1.700 km de vuelta a los campamentos de refugiados en Tindouf preguntándome ¿por qué los españoles de Argelia me han hecho recorrer 6.800 km. para decirme que no puedo cruzar el Mediterráneo?

Recurso final

Dicen en esa hoja, que me deniega la entrada en España, que tengo dos meses para presentar un recurso en Madrid, ¿por qué me obligan a ir en patera si yo tenía billete en Iberia?

jueves, 25 de septiembre de 2014

Vida entre fronteras

VIDA ENTRE FRONTERAS - Al borde de Europa (Teaser) from Celia Hernandez on Vimeo.

Repatriados Documental


Reportaje documental rodado en Dakar, Senegal. 2013.
Publicado en El País - Planeta Futuro:
elpais.com/elpais/2014/06/02/planeta_futuro/1401708465_493759.html
Cámara y edición: Celia Hernández
Redactora: Alma Toranzo
http://vimeo.com/92521995

“Cuando nos envían de vuelta nos atan como corderos”

Unos inmigrantes llegan; otros, no. Y son devueltos, en caliente o en frío. Sin dinero ni sueños. En Thiaroye Sur Mer (Senegal) lo saben bien. Esto es parte de su historia

“Cuando nos envían de vuelta nos atan como corderos”, cuenta con expresión de dolor Moustapha Diouf, un joven de Dakar que se ha subido a una patera en más de una ocasión para alcanzar el dorado. Él es el presidente de la Asociación de Jóvenes Repatriados de Thiaroye Sur Mer, un pueblo periférico de la capital senegalesa y uno de los principales puntos de partida de migrantes del país. Durante 2006 y 2007 miles de jóvenes procedentes de Thiaroye murieron o desaparecieron en el mar. Moustapha y sus vecinos conocen bien las consecuencias de la inmigración clandestina y, si hay algo que todos confirman, es que lo único que les ha traído son pérdidas. El documentalRepatriados, que se puede ver en el vídeo de arriba, cuenta cómo los jóvenes, ante la falta de trabajo y la imposibilidad de encontrar un medio para ganarse la vida, decidieron montarse en una patera para llegar a las costas europeas. “No podemos hablar de la inmigración clandestina omitiendo la pobreza. Todo es consecuencia de ella”, sentencia Moustapha.
En los pueblos del litoral senegalés como Thiaroye, el 90% de la población vive de la pesca artesanal. La sucesión de piraguas en las costas de Dakar son una imagen habitual. Cada grupo familiar cuenta con una red: los hombres salen a pescar durante el día mientras las mujeres esperan a que les traigan la mercancía para venderla en el mercado al final de la tarde, cuando un sinfín de barcas vuelven a la playa cargadas de pescado.
No obstante, la mercancía fue disminuyendo a medida que pasaban los años, principalmente a causa de los acuerdos de pesca entre la Unión Europea y Senegal, mediante los que grandes pesqueros europeos trabajaban en el caladero senegalés. Esto, sumado a la presencia de barcos asiáticos y rusos, ha provocado que las familias senegalesas cada vez tengan más dificultades para ganarse la vida. “Los barcos industriales extranjeros se quedan con grandes cantidades de pescado. Todas las zonas donde había peces están ahora esquilmadas. Los pescadores tienen que recorrer cada vez más kilómetros en busca de capturas”, cuenta Ibrahima Sall, presidente de la asociación Luchemos por el desarrollo de Yarakh, desde la que combaten la inmigración clandestina. Ante esta situación, numerosos jóvenes decidieron arriesgar su vida en el mar.
Muchos de ellos alcanzaron su ansiado deseo, llegar a España y forjarse una vida, conseguir un trabajo y poder, de esta manera, ayudar a sus familiares en Senegal a través de las esperadas remesas, unos ingresos que se convierten en el sustento de muchas familias. Un apoyo económico que marca la diferencia y que tiene un efecto llamada, puesto que incita a los vecinos a querer ser partícipes de ese éxito y alcanzar las costas europeas.
Tengan trabajo o no, victoria o fracaso, en los últimos años se están produciendo numerosas repatriaciones de inmigrantes africanos que tienen un dudoso sustento legal. José Miguel Sánchez Tomás, letrado del Tribunal Constitucional, ha calificado las llamadas devoluciones en caliente como “pornografía jurídica”. Diversas organizaciones –principalmente el grupo de lucha contra los Centros de Internamiento para ExtranjerosCIEs No– han denunciado las condiciones en las que producen las repatriaciones, generalmente en lo que se conoce como macrovuelos de deportación, en los que decenas de personas son devueltas a la fuerza en compañías aéreas como Air Europa.
Las personas repatriadas se ven expuestas a situaciones muy complicadas en sus países de origen, pues tienen que soportar la vergüenza del fracaso ante sus familias. Muchos ni siquiera se atreven a volver a sus casas por miedo al rechazo. “Hay gente que se ha vuelto loca porque no le queda más esperanza. Otros han sido estigmatizados en sus casas, en sus familias”, explica Ibrahima.
Yayi Bayam perdió a su hijo en el mar. Esto le llevó a crear un Comité de Mujeres de Lucha contra la Inmigración Clandestina, que ha reunido a un grupo de mujeres cuya principal labor es sensibilizar a los jóvenes para que no se vayan y ofrecer alternativas de formación. Yayi se muestra categórica: “La manera en que repatrían a las personas, esposadas y en condiciones lamentables, supone una violación de los Derechos Humanos”.
Miles de inmigrantes llegan cada año a las fronteras españolas. En ocasiones, como sucedió en el trágico acontecimiento de Ceuta donde15 subsaharianos resultaron muertos, son recibidos con violencia, encerrados en Centros de Internamiento para Extranjeros y repatriados en condiciones de dudosa legalidad. La Unión Europea quiere frenar la llegada de inmigrantes clandestinos; pero también de personas que, queriendo venir por el procedimiento legal, se encuentran con todo tipo de trabas para conseguir el visado necesario. En opinión de Yayi, hay que cambiar esta situación: “Es necesario que Europa comience a construir puentes, Europa no puede desarrollarse sin África”.


Prejuicios

"Hay demasiados inmigrantes", "los chinos no pagan impuestos" y otros rumores a desmontar

Nace una estrategia de comunicación interpersonal dirigida a generar una ciudadanía crítica y a combatir informaciones falsas que se han instaurado en la sociedad en relación con la población imigrante.
Todas las personas, en su día a día, pueden ser 'agentes antirrumores' y concienciar a otros con el apoyo de datos e informes verificados, aseguran los impulsores de la iniciativa, que confían en "plantar semillas que puedan ir creciendo" en la conciencia ciudadana.
Stop Rumores
"Los inmigrantes saturan los servicios sanitarios", "los inmigrantes nos quitan el trabajo", "los chinos no pagan impuestos" o, puestos a generalizar, "hay demasiados inmigrantes". Son frases que quizás todos hemos oído alguna vez. Son estereotipos o prejuicios ligados a la presencia en la sociedad española de gente originaria de otros países. Barreras veladas hacia la distinción y la desigualdad entre personas. A partir de ahora, todos podemos hacer uso de una herramienta dirigida a generar una ciudadanía crítica contra esos clichés y otros muchos instaurados de alguna manera en determinados ámbitos y que no se corresponden con la realidad. Querer, en este caso, es poder hacer algo por la cohesión social.
Stop Rumores surge con ese objetivo a largo plazo pero que pretende que crezca poco a poco en la sociedad. Cada uno puede "plantar esa semilla", como dice su coordinador, Ángel Madero, "y hacer ver a la gente que no todo lo que se dice es verdad". ¿Dónde hacerlo? En nuestro día a día, en las conversaciones con amigos o familiares, en el bar, cuestionando a aquellos cuyas sentencias no se apoyan más que en una rumorología de la calle. ¿Cómo argumentar la equivocación del que se siente en posesión de esa verdadAquí, con datos, informes y fuentes científicas que sostienen lo erróneo de algunas afirmaciones generalizadas. Un ejercicio personal de transformación social.
A partir de un vistazo a la web de Stop Rumores, muy clara y accesible, podemos decir, con base, que la población china tiene las mismas obligaciones que el resto de la ciudadanía, que apenas una de cada diez personas empleadas en España es extranjera y que su presencia aporta muchos beneficios al mercado laboral pero sufren las consecuencias de la crisis con mayor intensidad que la población española, o que la estimación de gasto público en sanidad empleado en el colectivo inmigrante es del 6,5% del total. Para los más escépticos, profesionales de cada ámbito dan testimonio audiovisual y refuerzan los datos con su experiencia y su visión específica acerca de cada rumor, como este médico de familia de un centro de salud malagueño:

La visión de la inmigración, muchas veces, viene relacionada con las noticias que aparecen más en los medios de comunicación, sobre todo en los últimos años (llegada de pateras, saltos de la valla, ...). El rumor, en este caso, incide en la forma de llegada de las personas inmigrantes a España. Un alto porcentaje de la población cree que se producen llegadas masivas o "avalanchas" de personas extranjeras que llegan en pateras o cayucos, cuando la realidad es que esta vía supone tan solo el 1%. La inmensa mayoría llegó en avión: fue el medio de transporte elegido por el 62,7% de personas inmigrantes que llegaron a España en 2007, último dato disponible de la Encuesta Nacional de Inmigrantes.
"Los rumores se van acrecentando y la angustia de las personas que los sufren también", explica Sylvia Koniecki, presidenta de Andalucía Acoge, una de las 18 asociaciones que ya se han adherido a la iniciativa y que tiene sus puertas abiertas a todas aquellas que quieran forman parte de ella. El trabajo en común es "fundamental", según los impulsores de esta estrategia de comunicación, que insisten en que la palabra sinergia pueda cobrar realmente sentido. La finalidad es tejer una red de agentes diamizadores antirrumores "lo suficientemente fuerte" contra los estereotipos negativos que dificultan la convivencia en la diversidad, en este caso, en Andalucía y Melilla. Ese "caldo de cultivo" se aprecia "desgraciadamente" en el respaldo en aumento a partidos xenófobos, al menos en algunos países europeos, señala Koniecki.
El coordinador del proyecto apunta que en muchas ocasiones el rumor lleva "una carga emocional que es difícil de romper". "Hay que desmontar los rumores también desde la emoción", incide. La idea, además, es hacer la iniciativa "más grande" y llevarla a otros ámbitos que favorezcan la diversidad. En principio se dirige a la ruptura de prejuicios hacia la población inmigrante. Los rumores (a combatir) irán creciendo, ya que existe además la posibilidad de aportar personalmente historias inciertas sobre la inmigración a través de un formulario. La iniciativa le proporcionará al ciudadano un argumentario para que pueda desactivar ese rumor en su entorno.

Atajar los rumores entre "los no convencidos"

La transversalidad del proyecto hace que lo ideal es que la puesta en común de ideas entre las entidades participantes sean trasladadas a todos los niveles posibles (educativo, vecinal, etc.) y hacérselas llegar, principalmente, a "los no convencidos", responde el coordinador ante la pregunta de si esta labor de concienciación podría correr el riesgo de quedarse exclusivamente entre personas ya sensibilizadas que trabajan con el colectivo inmigrante. "Hay que trabajar codo con codo para llegar a espacios donde sea necesario", añade. Las redes sociales, aseguran, también cumplirán un papel importante, para lo cual cuentan ya con  página de Facebook y  perfil de Twitter (@stoprumores).
El proyecto, que cuenta con la financiación del Ministerio de Empleo y Seguridad Social y la cofinanciación del Fondo Europeo para la Integración, ha contado durante su presentación con el director general de coordinación de politicas migratorias de la Junta, Luis Vargas, que ha puesto en valor que se le haya dado ya luz verde, "más tarde lo de deseable," al Plan Integral para la Inmigración, insistiendo en la necesidad de llevar "a la vida cotidiana" la estrategia para evitar errores que se han instalado entre algunas personas.
Se trata, en definitiva, de "educarnos unos a otros", de "construir estrategias para desactivar rumores" y "fomentar una mayor cohesión social", apunta Koniecki. ¿Cómo se le puede responder a una persona de una localidad que espera recibir pronto a temporeros subsaharianos y que suelta que "van a venir aquí contagiar el ébola"?, plantea una participante durante la presentación de la iniciativa en Sevilla. "Primero, con paciencia, teniendo una actitud empática y positiva, y encontrar el momento para hacerle ver a esa persona a que se plantee su afirmación, que a cuántos africanos conoce con esa enfermedad, hacerle pensar en dos palabras; todos podemos ser agentes antirrumores", señala Madero. Quizás esa semilla y otras similares puedan ir creciendo persona a persona.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Tonucci y la importancia del juego

Francesco Tonucci: Los niños necesitan menos juguetes y más libertad

El pedagogo y dibujante insta a los padres a que dejen de sobreproteger a sus hijos y a que les permitan sus propias experiencias de autonomía. El jueves dará una charla en Córdoba.

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Los chicos necesitan pocos juguetes y más libertad. Deben ser autónomos, jugar con amigos y, en lo posible, concurrir a la escuela solos, caminando. Así opina Francesco Tonucci, el prestigioso pedagogo, pensador italiano y promotor de la “Ciudad de los Niños”, un proyecto que apuesta a la transformación de las ciudades a través de los chicos que las habitan.
Sobre estas cuestiones hablará Tonucci en Córdoba el próximo jueves (ver aparte), invitado por la Fundación Arcor con el apoyo de La Voz del Interior.
–Es fundamental que los niños jueguen, pero ¿cuán importante es?
–El juego está conectado de manera muy fuerte con la autonomía y el movimiento. Hay que ayudar a los adultos a entender la importancia del juego. Le doy una anécdota. Mi hijo mayor llegó el primer día de la escuela primaria a casa y dijo: “la maestra ha dicho que ahora basta de jugar, que hay que hacer cosas en serio”. Ese fue el mensaje de la escuela a mi hijo. Bueno, yo intentaré decir a la gente que esa es una frase absurda y equivocada y peligrosa (...) No tengo dudas de que los primeros años son los más ricos e importantes en la vida, es el período donde se ponen todos los cimientos.
–Y el juego ayuda...
–En estos años no hay maestros en el sentido público, no hay métodos. Simplemente hay un niño que juega con el mundo. Esa es la importancia del juego. El juego es una experiencia que los niños viven a nivel espontáneo, no hace falta enseñarlo y jugando tienen la primera relación con el mundo.
–¿Todo tipo de juego es valioso? ¿Jugar al aire libre es igual que hacerlo con una computadora?
–Jugar es una experiencia que tiene algunas características: salir, en el sentido de dejar el control directo de los adultos, encontrarse con amigos, aprovechando un tiempo libre para vivir la experiencia de la aventura, del descubrimiento, de la sorpresa, de la maravilla, del riesgo. Con estos elementos todos los juegos son buenos. Hasta los tecnológicos.
–¿Por qué es necesario que jueguen solos?
–No es posible jugar acompañado de adultos. Cuando los padres dicen “acompañamos todos los días al niño a jugar a la plaza” es una contradicción. El verbo jugar sólo se conjuga con el verbo dejar. En Europa es impresionante, pero aquí también creo que ocurre, en especial en las clases sociales medio-altas: para un niño es casi imposible salir solo a la calle. Esto le impide esta experiencia básica. Muchas veces los adultos pensamos sustituir esta experiencia de la que hemos disfrutado nosotros y que los hijos parece que no pueden vivir. Las sustituimos con otras cosas como comprar muchos juguetes, dar instrumentos que pueden permitir a un niño pasar mucho tiempo solo en casa y divertido, como las nuevas tecnologías, y acompañarlo en todos los lugares. Son respuestas inadecuadas. Se está gastando muchísimo dinero para llenar a los hijos de juguetes convirtiéndolos en poseedores en lugar de jugadores. Para jugar bien hay que tener pocos juguetes y amigos para aprovecharlo.
–¿Qué aporta el juego a un niño?
–Le permite descubrir el mundo. Es una manera para encontrarse con el desconocido (...) Significa vivir la experiencia de riesgo, saltar el obstáculo, vivir el desafío de superarlo o no. Ver si hoy puedo hacer lo que ayer no podía, si puedo superar mi miedo de vivir esta experiencia.
–¿Por qué es importante vivir la experiencia de riesgo?
–Si no es posible, vamos a crear una acumulación de deseos y de necesidad de transgresión que se expresarán más tarde, en la adolescencia, cuando un chico tiene suficiente autonomía como las llaves de casa en el bolsillo y cuando esta expresión de su deseo se convierte en una explosión peligrosa. Muchos de los temas que hoy se tratan como dramas de la adolescencia, como abuso de alcohol, de drogas, como los accidentes de motos –hasta el tema de los suicidios juveniles– tienen que ver con la falta de experiencias de autonomía en los primeros años (...) Puede que viviendo la experiencia del obstáculo se dé cuenta de que no puede superarlo y que sea una desilusión, pero también la desilusión es una experiencia que hoy los niños no viven porque los padres los súper protegen.

jueves, 18 de septiembre de 2014

Partir para contar

Imagen de cubierta: PARTIR PARA CONTAR

PARTIR PARA CONTAR
UN CLANDESTINO AFRICANO RUMBO A EUROPA

TRAORÉ, MAHMUD - LE DANTEC, BRUNO

Libro
Libro de la Distribuidora: 
No
ISBN: 
978-84-15862-12-3
Editorial: 
PEPITAS DE CALABAZA
Coleccion del libro: 
Sin Colección
Idioma: 
Castellano
Número de páginas: 
288
Dimensiones:
145x210
Estado: 
Disponible
Etiquetas: AFRICA


Mahmud Traoré dedicó más de tres años de su juventud a llegar a Europa, en un viaje que le llevó a través del Sahel, el Sáhara, Libia y el Magreb. El final de esta odisea moderna llegó el 29 de septiembre de 2005, cuando participó en el asalto colectivo a la frontera de Ceuta, un hecho que tuvo una gran repercusión en su momento. Aunque su viaje no terminó ahí.

El relato de esta aventura ?contado por Mahmud Traoré y escrito por Bruno Le Dantec? pone al desnudo la realidad de la vida errante de un migrante clandestino, una vida marcada por apaños, esperas, extorsiones y brutalidades, pero también por la ayuda mutua y la valentía. Aquí se desvela el funcionamiento de los centros de internamiento, los guetos y otros campamentos improvisados en los que los migrantes reinventan una organización social a la vez precaria y llena de contradicciones.

Hasta ahora ningún libro había retratado con tanta precisión la realidad subterránea que viven los clandestinos, sin estigmatizar ni idealizar a estos hombres y mujeres que han tenido la flaqueza de creer en la libertad de circulación.


miércoles, 17 de septiembre de 2014

Cine africano en Gijón el jueves

Poster La Ausencia (2009)

Calificaciones y críticas

REMOLQUE

Sinopsis

Después de brillantes estudios en Francia y de una ausencia de quince años Adama, joven Polytechnique, apresuradamente regresó a su país natal, Senegal. Él está alarmado por un mensaje que le dice que el repentino deterioro de la salud de su abuela. Ella él y su hermana levantó después de la muerte de sus padres.Adama descubre a su llegada a Dakar, su abuela como un encanto ... A él se engañó deliberadamente? ¿Por qué?