AULA DE INMERSIÓN LINGÜÍSTICA CUENCA DEL NALÓN Y CAUDAL (SEDE EN: I.E.S. CUENCA NALÓN. LA FELGUERA. LANGREO)
jueves, 29 de noviembre de 2012
Todos somos Malala
malala 0001 from Encarna on Vimeo.
Este video lo realizamos con el alumnado del IES Cuenca Nalón que recibe apoyos, junto con su profesora de apoyo, Marian. Trabajamos conjuntamente para sacar adelante este proyecto en el que además de conocer esta dura realidad en Pakistán escribimos mensajes de ánimo a su protagonista y se los enviamos a través de la web de Amnistía Internacional y pronto aparecerán en forma de vídeo con los voces de sus autores.
Este trabajo fue la semilla de otro blog sobre el derecho a la educación de los niños y las niñas. Y en él estrenamos el vídeo que aquí se presenta el 25 de noviembre, día contra la violencia de género.
http://ddhhenporlaescuela.blogspot.com.es/2012/11/tods-somos-malala.html#comment-form
Algunos de los mensajes para Malala son éstos:
Malala todos somos tú y tus amigas. Y nosotros/as que a veces no queremos venir al instituto y tú casi mueres por ir a la escuela. Estamos orgullosos de ti. ¡Sigue luchando! ¡Estamos a tu lado!
Fermín
MALALA sigue luchando por
lo que quieres porque es muy importante para las mujeres que haya personas como
tú que defiendan lo que es justo para
nosotras. Te deseo que tú y tus amigas
os recuperéis. Seguid luchando. ¡Lo conseguiréis!
Rosaura Montoya
Ahora esos hombres que
quisieron matarte tienen que saber que todos los jóvenes del mundo te conocemos
y estamos de acuerdo contigo. ¡ANIMO!
Iván Hernández
martes, 27 de noviembre de 2012
lunes, 26 de noviembre de 2012
No a la violencia cada día
En este blog se recoge parte del trabajo realizado contra la violencia en el IES Cuenca Nalón
http://ddhhenporlaescuela.blogspot.com.es/2012/11/tods-somos-malala.html#comment-form
Animaros a verlo y dejar algún comentario sobre el trabajo. Gracias.
Cuando estuvieron en el poder en Afganistán, prohibieron la
escolarización y el trabajo de las mujeres y las confinaron a sus casas
como si fueran muebles. Derribado su régimen, se han dedicado a quemar
escuelas de niñas y a amedrentar a quienes han osado plantarles cara.
Han matado a sangre fría a maestras, funcionarias y policías. Esa
crueldad no les ha impedido ganar adeptos al otro lado de la frontera,
en Pakistán, donde sus hermanos ideológicos también han utilizado el
asesinato y la intimidación para imponerse en aquellas zonas en las que
el Estado es más débil. Pero el ataque de los talibanes contra Malala Yousafzai, la adolescente que defendía en público el derecho de las niñas a ir a la escuela, ha indignado incluso a muchos de los que miraban para otro lado.
“Que esto sea una lección”, declaró el portavoz de los talibanes paquistaníes al responsabilizarse del atentado. Más tarde, cuando se supo que Malala podía sobrevivir, dejaron claro que volverían a la carga. ¿A qué se debe tanta inquina? ¿Qué hay detrás de la oposición talibán a la educación de las mujeres? ¿Tan peligroso les parece que se formen?
Sardar Roshan, exministro de Educación afgano y actual director de un centro de formación profesional privado en Kabul, lo atribuye a “una combinación de ignorancia y prejuicios muy arraigados”. En una conversación telefónica manifiesta que “el analfabetismo y el atraso hacen que se vea la escolarización de las niñas como fruto de la influencia occidental”. De ahí, asegura, que aunque solo los más extremistas se opongan a la educación femenina, el resto tema defenderla abiertamente o criticar a quienes la sabotean quemando colegios. Para Zeenia Shaukat, una experta en desarrollo y activista de los derechos humanos paquistaní, hay algo más: una sociedad patriarcal en la que “la mayoría de los padres considera las funciones reproductivas y domésticas de las niñas más importantes que formarlas intelectual y profesionalmente”. En ese contexto, “cualquier intento de excluirlas del sistema educativo, por parte de los talibanes o de otros grupos extremistas, encuentra menos resistencia”, explica en un e-mail. “La oposición de los talibanes [a la educación de las niñas] es parte de su identidad, de su ideología nihilista”, defiende Isobel Coleman, investigadora principal en el Council of Foreign Relations y autora de Paradise beneath her feet (Randon House, 2010), sobre cómo las mujeres están transformando Oriente Próximo. “Si nos atenemos a lo que decían cuando estaban en el poder en Afganistán, no se oponen a que las niñas vayan a la escuela, pero quieren que lo hagan según sus normas, con sus profesoras, su programa, etcétera, algo que nunca pusieron en práctica”, añade por teléfono antes de apuntar a la enorme hipocresía de que “muchos altos dirigentes talibanes enviaban a sus hijas a la escuela fuera de Afganistán”. Para Coleman, el ataque a Malala “es puro terrorismo, un intento de sembrar el miedo entre la gente, de decirles que ni siquiera una niña de 15 años está fuera de su alcance” (aunque hasta ahora se había dicho que tenía 14, cumplió 15 el pasado julio). Los talibanes han quemado escuelas de chicas tras su caída del poder La joven estudiante, que había recibido amenazas previas, sufrió de forma directa lo que significa vivir bajo la férula talibán cuando en 2009 esa milicia se hizo con el control del valle del Swat, en cuya capital, Mingora, vivía con su familia. Cerraron todas las escuelas de niñas, incluida la suya, que dirigía su padre. Lo contó en un blog y desde entonces no ha dejado de hacer campaña a favor del derecho a la escolarización de las paquistaníes. “Dispararon a Malala porque la educación de las niñas amenaza todo lo que ellos defienden. El mayor riesgo para los extremistas violentos en Pakistán no son los drones estadounidenses. Son las niñas con formación”, ha escrito Nicholas D. Kristof en The New York Times. No es solo una opinión. Hay datos que la sustentan. Según el Banco Mundial, “educar a las niñas es una de las mejores formas no solo de avanzar en la igualdad de género, sino de promover el crecimiento económico y elevar el bienestar general”. El conocimiento tiene un efecto multiplicador porque las mujeres tienden a invertir en sus comunidades. Así, por cada año más de escolarización, aumenta su salario un 10%, se reduce la mortalidad infantil al menos un 5% y también se extiende la permanencia de sus hijos en la escuela. Pero las más educadas también tienden a casarse más tarde, tener menos hijos y a adquirir independencia económica. Eventualmente, eso les lleva a querer tomar las riendas de sus vidas y entonces ponen contra las cuerdas el sistema patriarcal que los talibanes defienden a capa y espada. Los fanáticos, que según Shaukat “ven a las mujeres independientes como una amenaza al dominio masculino de la sociedad”, justifican su intransigencia al respecto en la sharía, o ley islámica, dando así argumentos a quienes en Occidente consideran misógino el islam. “Es una mezcla de ignorancia y prejuicios”, dice un exministro afgano “Es una interpretación misógina del islam, una interpretación muy conservadora y literal que constriñe la función de la mujer en la sociedad”, opina Coleman antes de precisar que “hay muchas interpretaciones y muchas prácticas, y ninguna otra llega a tales extremos”. “No tiene raíz religiosa, sino cultural”, apunta por su parte Roshan, el exministro de Educación, quien no obstante defiende que la sociedad afgana en general no se opone a la educación de las niñas y que el rechazo es algo importado. “Antes de que nos sumiéramos en la guerra hace tres décadas, las niñas iban a la escuela”, asegura, y pone como ejemplo la buena acogida del centro de formación profesional que dirige y que tiene un alumnado mixto. “Son ideas de fuera de nuestras fronteras, inspiradas en círculos muy conservadores de Oriente Medio que las introdujeron en la época de los muyahidín”, explica en referencia a quienes combatieron contra la ocupación soviética y evitando mencionar a Arabia Saudí, que los financió. El dinero saudí ha contribuido sin duda a extender la interpretación puritana y patriarcal del islam beduino predominante en ese país. No obstante, como apunta Coleman, “incluso, donde las mujeres tienen menos derechos legales que en Afganistán y Pakistán, hace décadas que han accedido a la educación y en la actualidad constituyen una mayoría significativa en las universidades”. “La religión es solo una excusa. Ni el islam ni ninguna otra imponen límites a la educación de las niñas. Muchas comunidades manipulan la religión en ese sentido”, afirma Shaukat. Esta activista recuerda que “hay muchas zonas del mundo en las que se limita la escolarización de las niñas debido a la pobreza, los matrimonios tempranos o porque, de tener que elegir, los padres prefieren educar a los hijos”. “No conozco ningún otro caso, aparte de Afganistán y Pakistán, en el que se niegue el derecho a la educación de las niñas”, refuta Coleman que visitó esos países para escribir Paradise beneath her feet. “En otras partes del mundo no es una prioridad, pero salvo algún grupo extremista como los Al Shabab en Somalia y últimamente en Malí, no se trata de un rechazo institucionalizado”, explica. En Afganistán hay 64 niñas escolarizadas por cada 100 niños Lieke van de Wiel, consejero de educación de Unicef para Asia del Sur, confirma en un e-mail que “tanto en Afganistán como en Pakistán, la predisposición de los padres a enviar a sus hijas a la escuela es menor que otros países, donde también se dan casos de rechazo en algunas zonas, pero menos”. Este experto también señala que los ataques a escuelas femeninas o a niñas que van a clase son más frecuentes en ambos, aunque carece de datos de centros dañados o escolares afectadas. En los últimos años se ha reducido la diferencia en la educación de niñas y niños en todo el mundo, y dos tercios de los países han alcanzado la paridad en la primaria. Afganistán y Pakistán no están entre ellos. En el primero, apenas hay 64 niñas escolarizadas por cada 100 niños, y solo un 18% de ellas completa la primaria (frente al 54% de los varones). Con todo, se trata de un gran avance ya que 10 años atrás, durante el régimen talibán, no había escuelas femeninas. Más sangrante es el caso de Pakistán que, sin el lastre de las tres décadas de guerra de su vecino, tiene una ratio de escolarización de 79,64 chicas cada 100 chicos y una diferencia significativa entre quienes acaban la primaria en ambos sexos (el 60% frente al 78%). India tiene una ratio de 92,18, Irán de 96,38 y Arabia Saudí de 97,15. No obstante, Shaukat se muestra convencida de que el rechazo a la escolarización de las niñas se ha reducido. “Ahora, si la gente tiene la oportunidad, prefiere educar a sus hijas”, afirma. Para ella, la situación actual es “un fracaso del Estado que no ha sido capaz de hacer la educación accesible para todos, a pesar de que una reciente enmienda constitucional la consagra como un derecho fundamental de los ciudadanos”. Con 190 millones de habitantes, Pakistán aún tiene fuera de las aulas a ocho de sus 20 millones de niños en edad escolar, y el porcentaje de chicas es mayor que el de chicos. A Shaukat le preocupa además “la calidad de la educación”. En su opinión, “el currículo que se enseña en numerosas escuelas aún fomenta una ideología estrecha de miras que se centra en la supremacía de una religión y una nacionalidad sobre la otra, con poco espacio para el pensamiento crítico”. Por año de colegio, crece el salario de la mujer un 10% y cae la mortalidad infantil Shaukat no lo menciona con su nombre, pero se está refiriendo al islamismo radical con el que han coqueteado los sucesivos Gobiernos militares y civiles, que es el caldo de cultivo de los talibanes y que refuerza el machismo de la sociedad paquistaní. A pesar de haber sido el primer país islámico en elegir a una mujer para dirigir el Gobierno (Benazir Bhutto, en 1993), Pakistán quedó en una vergonzosa tercera posición en la lista de países con mayor brecha de género elaborado el año pasado por el World Economic Forum. “Pakistán, como nación, no ha hecho suficiente por la educación de sus mujeres”, concurre Coleman. En su libro cuenta que el Gobierno apenas dedica un 1% de su presupuesto a la educación frente al 30% destinado a defensa. El mismo desequilibrio se repite en la ayuda que recibe de EE UU, su principal aunque incómodo aliado. Según datos recogidos por la prensa de ese país, Washington le da un dólar para educación por cada 10 para asistencia militar, y eso después de que recientemente triplicara la aportación civil hasta 170 millones anuales. La esperanza de los observadores es que el atentado contra Malala sirva de punto de inflexión para que tanto los ciudadanos como las autoridades de Pakistán reflexionen sobre la grave situación en la que se encuentra el país y cambien sus prioridades. “Debería ayudar a que la gente diera la espalda a los talibanes y a su ideología; se presentan como defensores de los valores auténticos y sobre todo como adalides frente a EE UU y Occidente, pero eso no puede justificar su brutalidad”, concluye Coleman, para quien el rechazo popular es la única solución, ya que combatirlos con las armas solo les da más alas.
http://ddhhenporlaescuela.blogspot.com.es/2012/11/tods-somos-malala.html#comment-form
Animaros a verlo y dejar algún comentario sobre el trabajo. Gracias.
La lección de la niña Malala
El atentado contra la activista por la educación de las niñas sacude Pakistán
Quien miraba por miedo a otro lado comienza a indignarse
A más educación más bienestar
“Que esto sea una lección”, declaró el portavoz de los talibanes paquistaníes al responsabilizarse del atentado. Más tarde, cuando se supo que Malala podía sobrevivir, dejaron claro que volverían a la carga. ¿A qué se debe tanta inquina? ¿Qué hay detrás de la oposición talibán a la educación de las mujeres? ¿Tan peligroso les parece que se formen?
Sardar Roshan, exministro de Educación afgano y actual director de un centro de formación profesional privado en Kabul, lo atribuye a “una combinación de ignorancia y prejuicios muy arraigados”. En una conversación telefónica manifiesta que “el analfabetismo y el atraso hacen que se vea la escolarización de las niñas como fruto de la influencia occidental”. De ahí, asegura, que aunque solo los más extremistas se opongan a la educación femenina, el resto tema defenderla abiertamente o criticar a quienes la sabotean quemando colegios. Para Zeenia Shaukat, una experta en desarrollo y activista de los derechos humanos paquistaní, hay algo más: una sociedad patriarcal en la que “la mayoría de los padres considera las funciones reproductivas y domésticas de las niñas más importantes que formarlas intelectual y profesionalmente”. En ese contexto, “cualquier intento de excluirlas del sistema educativo, por parte de los talibanes o de otros grupos extremistas, encuentra menos resistencia”, explica en un e-mail. “La oposición de los talibanes [a la educación de las niñas] es parte de su identidad, de su ideología nihilista”, defiende Isobel Coleman, investigadora principal en el Council of Foreign Relations y autora de Paradise beneath her feet (Randon House, 2010), sobre cómo las mujeres están transformando Oriente Próximo. “Si nos atenemos a lo que decían cuando estaban en el poder en Afganistán, no se oponen a que las niñas vayan a la escuela, pero quieren que lo hagan según sus normas, con sus profesoras, su programa, etcétera, algo que nunca pusieron en práctica”, añade por teléfono antes de apuntar a la enorme hipocresía de que “muchos altos dirigentes talibanes enviaban a sus hijas a la escuela fuera de Afganistán”. Para Coleman, el ataque a Malala “es puro terrorismo, un intento de sembrar el miedo entre la gente, de decirles que ni siquiera una niña de 15 años está fuera de su alcance” (aunque hasta ahora se había dicho que tenía 14, cumplió 15 el pasado julio). Los talibanes han quemado escuelas de chicas tras su caída del poder La joven estudiante, que había recibido amenazas previas, sufrió de forma directa lo que significa vivir bajo la férula talibán cuando en 2009 esa milicia se hizo con el control del valle del Swat, en cuya capital, Mingora, vivía con su familia. Cerraron todas las escuelas de niñas, incluida la suya, que dirigía su padre. Lo contó en un blog y desde entonces no ha dejado de hacer campaña a favor del derecho a la escolarización de las paquistaníes. “Dispararon a Malala porque la educación de las niñas amenaza todo lo que ellos defienden. El mayor riesgo para los extremistas violentos en Pakistán no son los drones estadounidenses. Son las niñas con formación”, ha escrito Nicholas D. Kristof en The New York Times. No es solo una opinión. Hay datos que la sustentan. Según el Banco Mundial, “educar a las niñas es una de las mejores formas no solo de avanzar en la igualdad de género, sino de promover el crecimiento económico y elevar el bienestar general”. El conocimiento tiene un efecto multiplicador porque las mujeres tienden a invertir en sus comunidades. Así, por cada año más de escolarización, aumenta su salario un 10%, se reduce la mortalidad infantil al menos un 5% y también se extiende la permanencia de sus hijos en la escuela. Pero las más educadas también tienden a casarse más tarde, tener menos hijos y a adquirir independencia económica. Eventualmente, eso les lleva a querer tomar las riendas de sus vidas y entonces ponen contra las cuerdas el sistema patriarcal que los talibanes defienden a capa y espada. Los fanáticos, que según Shaukat “ven a las mujeres independientes como una amenaza al dominio masculino de la sociedad”, justifican su intransigencia al respecto en la sharía, o ley islámica, dando así argumentos a quienes en Occidente consideran misógino el islam. “Es una mezcla de ignorancia y prejuicios”, dice un exministro afgano “Es una interpretación misógina del islam, una interpretación muy conservadora y literal que constriñe la función de la mujer en la sociedad”, opina Coleman antes de precisar que “hay muchas interpretaciones y muchas prácticas, y ninguna otra llega a tales extremos”. “No tiene raíz religiosa, sino cultural”, apunta por su parte Roshan, el exministro de Educación, quien no obstante defiende que la sociedad afgana en general no se opone a la educación de las niñas y que el rechazo es algo importado. “Antes de que nos sumiéramos en la guerra hace tres décadas, las niñas iban a la escuela”, asegura, y pone como ejemplo la buena acogida del centro de formación profesional que dirige y que tiene un alumnado mixto. “Son ideas de fuera de nuestras fronteras, inspiradas en círculos muy conservadores de Oriente Medio que las introdujeron en la época de los muyahidín”, explica en referencia a quienes combatieron contra la ocupación soviética y evitando mencionar a Arabia Saudí, que los financió. El dinero saudí ha contribuido sin duda a extender la interpretación puritana y patriarcal del islam beduino predominante en ese país. No obstante, como apunta Coleman, “incluso, donde las mujeres tienen menos derechos legales que en Afganistán y Pakistán, hace décadas que han accedido a la educación y en la actualidad constituyen una mayoría significativa en las universidades”. “La religión es solo una excusa. Ni el islam ni ninguna otra imponen límites a la educación de las niñas. Muchas comunidades manipulan la religión en ese sentido”, afirma Shaukat. Esta activista recuerda que “hay muchas zonas del mundo en las que se limita la escolarización de las niñas debido a la pobreza, los matrimonios tempranos o porque, de tener que elegir, los padres prefieren educar a los hijos”. “No conozco ningún otro caso, aparte de Afganistán y Pakistán, en el que se niegue el derecho a la educación de las niñas”, refuta Coleman que visitó esos países para escribir Paradise beneath her feet. “En otras partes del mundo no es una prioridad, pero salvo algún grupo extremista como los Al Shabab en Somalia y últimamente en Malí, no se trata de un rechazo institucionalizado”, explica. En Afganistán hay 64 niñas escolarizadas por cada 100 niños Lieke van de Wiel, consejero de educación de Unicef para Asia del Sur, confirma en un e-mail que “tanto en Afganistán como en Pakistán, la predisposición de los padres a enviar a sus hijas a la escuela es menor que otros países, donde también se dan casos de rechazo en algunas zonas, pero menos”. Este experto también señala que los ataques a escuelas femeninas o a niñas que van a clase son más frecuentes en ambos, aunque carece de datos de centros dañados o escolares afectadas. En los últimos años se ha reducido la diferencia en la educación de niñas y niños en todo el mundo, y dos tercios de los países han alcanzado la paridad en la primaria. Afganistán y Pakistán no están entre ellos. En el primero, apenas hay 64 niñas escolarizadas por cada 100 niños, y solo un 18% de ellas completa la primaria (frente al 54% de los varones). Con todo, se trata de un gran avance ya que 10 años atrás, durante el régimen talibán, no había escuelas femeninas. Más sangrante es el caso de Pakistán que, sin el lastre de las tres décadas de guerra de su vecino, tiene una ratio de escolarización de 79,64 chicas cada 100 chicos y una diferencia significativa entre quienes acaban la primaria en ambos sexos (el 60% frente al 78%). India tiene una ratio de 92,18, Irán de 96,38 y Arabia Saudí de 97,15. No obstante, Shaukat se muestra convencida de que el rechazo a la escolarización de las niñas se ha reducido. “Ahora, si la gente tiene la oportunidad, prefiere educar a sus hijas”, afirma. Para ella, la situación actual es “un fracaso del Estado que no ha sido capaz de hacer la educación accesible para todos, a pesar de que una reciente enmienda constitucional la consagra como un derecho fundamental de los ciudadanos”. Con 190 millones de habitantes, Pakistán aún tiene fuera de las aulas a ocho de sus 20 millones de niños en edad escolar, y el porcentaje de chicas es mayor que el de chicos. A Shaukat le preocupa además “la calidad de la educación”. En su opinión, “el currículo que se enseña en numerosas escuelas aún fomenta una ideología estrecha de miras que se centra en la supremacía de una religión y una nacionalidad sobre la otra, con poco espacio para el pensamiento crítico”. Por año de colegio, crece el salario de la mujer un 10% y cae la mortalidad infantil Shaukat no lo menciona con su nombre, pero se está refiriendo al islamismo radical con el que han coqueteado los sucesivos Gobiernos militares y civiles, que es el caldo de cultivo de los talibanes y que refuerza el machismo de la sociedad paquistaní. A pesar de haber sido el primer país islámico en elegir a una mujer para dirigir el Gobierno (Benazir Bhutto, en 1993), Pakistán quedó en una vergonzosa tercera posición en la lista de países con mayor brecha de género elaborado el año pasado por el World Economic Forum. “Pakistán, como nación, no ha hecho suficiente por la educación de sus mujeres”, concurre Coleman. En su libro cuenta que el Gobierno apenas dedica un 1% de su presupuesto a la educación frente al 30% destinado a defensa. El mismo desequilibrio se repite en la ayuda que recibe de EE UU, su principal aunque incómodo aliado. Según datos recogidos por la prensa de ese país, Washington le da un dólar para educación por cada 10 para asistencia militar, y eso después de que recientemente triplicara la aportación civil hasta 170 millones anuales. La esperanza de los observadores es que el atentado contra Malala sirva de punto de inflexión para que tanto los ciudadanos como las autoridades de Pakistán reflexionen sobre la grave situación en la que se encuentra el país y cambien sus prioridades. “Debería ayudar a que la gente diera la espalda a los talibanes y a su ideología; se presentan como defensores de los valores auténticos y sobre todo como adalides frente a EE UU y Occidente, pero eso no puede justificar su brutalidad”, concluye Coleman, para quien el rechazo popular es la única solución, ya que combatirlos con las armas solo les da más alas.
sábado, 24 de noviembre de 2012
Viagem a Portugal
Maria de Medeiros presentó en el Festival Indie Lisboa, antes del verano, su película más reciente, Viaje a Portugal (2011). Una historia sobre una inmigrante ucraniana, médico, que conoció a su marido, senegalés, en la Facultad de Medicina de Kiev, y que viaja hasta Portugal para reunirse con él. Basada en hechos reales, el metraje relata la odisea de esta inmigrante en la zona de tránsito del aeropuerto lisboeta y el abuso por parte de los funcionarios que utilizan todos los resortes del poder para impedir su entrada. La película, con un presupuesto estético a contracorriente, rodada en digital y con una textura fotográfica, muy interesante, espera ser distribuida y llegar a los espectadores de toda la península en los próximos meses.
¿Qué motiva a una actriz de tu prestigio internacional a lanzarse a hacer una película declaradamente política sobre la inmigración?
He hecho más cine político. Para mí fue un objetivo de vida hacer Capitanes de Abril (2000), un film sobre laRevolución de los Claveles, que dirigí, escribí e interpreté y que me llevó más de diez años conseguir hacerla. Llevo toda la vida pensando la historia de Portugal y teniendo una visión política del mundo. Sérgio Tréfaut, el director de Viaje a Portugal (2011), es amigo de la infancia y los dos somos hijos de personas muy comprometidas. Los dos estamos en esa línea de pensar la sociedad, pensar los movimientos sociales y desear un mundo más justo. Sergio hizo en 2006 una película muy bella llamada Lisboetas (2006) que es una documental sobre la inmigración a Portugal. Portugal fue un país de emigración durante décadas y ahora es un país que recibe gente, de países de lengua portuguesa pero también del este de Europa. Y él, en“Lisboetas”, retrata a toda esta gente y lo que aportan a esta tierra. Es a partir de esa película que descubrió la historia que se cuenta en “Viaje a Portugal”, una historia absolutamente real, de mucha violencia del estado en “el país de las blandas costumbres, de las suaves maneras”…
En España tenemos también mucho de esto. Me ha llamado la atención que el dossier de Viaje a Portugal (2011) incluya unas tablas con datos de todos los “no admitidos” en los principales aeropuertos de la UE y que eso mismo se declare conceptualmente en la imagen.
Es una situación que repite todos los días en todos los países de Europa. Que es la del poder desmesurado, de la policía y de los funcionarios del aeropuerto. Y Sérgio Tréfaut transforma todo esto en una película muy densa, con una elección estética muy radical para convertirla en una historia universal.
La impresión de tu personaje está construida con ambigüedad en la primera parte de la película para que el espectador perciba que se trata de un atropello sea, o no, cierto el prejuicio de los funcionarios.
La óptica creemos que va a ser esa, vencer los prejuicios, no solamente suavizar un poco porque hay excepciones. Los inmigrantes lo que encuentran es un prejuicio sobre ellos, al llegar al aeropuerto y meterlos en una sala los funcionarios ya han decidido quiénes son y qué van a hacer con sus vidas. Más allá de eso es evidente que este “terror securitario” que se nos inculca por todas partes, junto al terror económico que también se nos mete en la cabeza, va provocando que la gente olvide más y más el ser humano, que es lo importante. Aceptamos desnudarnos en los controles de aeropuerto, van resignando a nuestra intimidad a que sea invadida. Y la película lo que defiende es respeto por el ser humano y combate al prejuicio que es el origen de todas las exclusiones.
¿Las leyes, en general, las dictan los ideales y las ejecutan los prejuicios o vivimos un tiempo en que las leyes las dictan directamente los prejuicios y los intereses inconfesables?
Los ideales no sé por dónde andan en las leyes, quizás alguna vez alguna ley las dictaron los ideales. Pero rápidamente se convirtieron en prejuicios. Hay una dinámica que es muy delicada y hay que estar atento sobre todo a los valores.
Esta policía que retrata la película es la policía que quiere un sector de la sociedad que dice que no hay sitio para más gente.
Sí, es muy escalofriante y esto en el largo se traslada a una atmósfera clínica, llena de frialdad, que es la que existe en la policía. La inspectora (la actriz Isabel Ruth) reclama su humanidad, aunque ella sabe que está abusando, pero cuenta con esa tautología de “las normas son las normas que son las normas” y así hasta el infinito. Y la película apuesta por eso, por enseñar la violencia que hay hasta en donde aparentemente sólo hay un trámite administrativo.
La gente que hace este tipo de cosas desde dentro de la maquinaria del estado ¿Lo hacen para “defender” a otros, a su juicio sus “compatriotas”, o lo hacen simplemente porque se sienten, tristemente, mejor?
Si la funcionaria lo hace por defender a “todos esos portugueses que no tienen trabajo” ese es un falso argumento, como ya sabemos. Si es por “la ley” esa es una cuestión que me pregunté mil veces cuando hiceCapitanes de Abril (2000) y analicé la dictadura. Es muy fácil esconderse detrás de una ley o decir “he obedecido órdenes”. Es el gran argumento de todos los torturadores. Yo creo en la responsabilidad de cada individuo. Creo que cada individuo tiene una libertad propia de elegir si va a maltratar, o no, a alguien.
En el espacio físico donde se ubica la historia, en esa tierra de nadie de los aeropuertos, donde asociaciones de derechos civiles y periodistas tienen prohibido el paso ¿Se percibe que lo que sucede ahí es una desviación del comportamiento general del estado o la esencia misma del estado? Me recuerda mucho a la película Illegal (2010) de Olivier Masset-Depasse que denuncia estos mismos mecanismos de la burocracia.
Hay una directriz a nivel europeo de impedir la entrada a extracomunitarios. Uno de los personajes de la película, una travestí brasileña, acaba siendo expulsada poniéndola una camisa de fuerza. Uno debe preguntarse de esta violencia qué resuelve de los problemas migratorios. No resuelve nada, la autoridad local desarrolla una violencia extrema contra la vida de la persona. La represión, si miramos la historia, no resuelve nada, al contrario, genera una mafia.
Claro, si pudieran emigrar legalmente las mujeres del este de Europa jamás trabajarían en la prostitución. Entran ahí porque tienen que pagar una mafia que las introduce ilegalmente en país, que soborna funcionarios y que luego las explota valiéndose en que el trato que les daría la ley es incluso peor, las expulsaría.
Exacto y es una de las grandes contradicciones del proyecto de Europa. Yo creo en ese proyecto, que caigan finalmente las fronteras, que exista un espacio común en la diversidad, que se pueda circular libremente. Y cuando ese espacio debería extenderse cada vez más, vemos los ultranacionalismos, vemos los que quieren encerrarse, que no dejan que se establezcan unos equilibrios de forma natural.
A nivel europeo el tema de la inmigración parece que ha concitado la unión de lo que queda de intelectuales y librepensadores en Europa. En el caso del cine se está tratando desde muchas perspectivas. El pulso del director también está ahí, en el gesto por ejemplo del personaje senegalés (Makena Diop) que cuando va a ser interrogado toma él la iniciativa y responde preguntando a los policías. ¿Esto que permite ese gesto de dignidad del inmigrante está en la cultura portuguesa o es como en el resto de Europa donde sólo les permiten ser víctimas?
Yo soy muy crítica con Portugal pero si comparo con Francia creo que Portugal tiene relaciones con sus ex-colonias mucho más sanas, menos imperialistas. Hay una hermandad donde se comparte un pasado traumático. La misma Revolución de los Claveles fue hecha por jóvenes militares que venían de la guerra colonial. Varios de ellos cuentan en sus escritos que sentían mucha más afinidad con los guerrilleros que combatían que con los colonos que los tenían por perros de guardia. Y siempre quedó una relación más sana, más dulce, más humana que la que tiene Francia con sus antiguas colonias.
¿Y tú crítica hacia Portugal de dónde parte? ¿Esperas una nueva generación que termine instaurando los ideales a los que se aspiraba en la Revolución de los Claveles o el miedo y el FMI impiden que esa generación de un vuelco como se intenta en las revoluciones de los países árabes?
La gente joven aquí en Portugal se imbuye en una dinámica de desconocimiento de la historia reciente del país. Muchos no saben lo que ha pasado. Y sobre todo esa euforia consumista que hace que la deuda privada sea superior a otros países. Las ideas democráticas, las ideas de justicia colectiva están desplazadas por esa idea consumista. Y esa es la crítica que yo he hecho durante muchos años a Portugal. Ahora la crisis nos está obligando a pensarnos como colectividad y espero que salga una reflexión que lleve a entender que somos una comunidad y no máquinas de consumir.
Tu personaje al final cede, pero cede por orgullo, para que no se le siga dando ese trato. ¿Cómo terminó la historia real? ¿Ellos dos pudieron reunirse en Portugal?
Sí, cede por dignidad, porque desprecia a sus torturadores. Ella se volvió a Ucrania y al cabo de unos meses pudo regresar a Portugal por carretera sin ser detenida. Lleva diez años aquí. Nunca se le ha reconocido el título de médico y durante este tiempo ha trabajado en distintas organizaciones como SOS Racismo. Aún lucha por tener la oportunidad de ejercer su profesión en este país.
José Ramón Otero Roko es poeta y crítico de cine. Recientemente ha publicado el libro La Falta de Lecturaen DVD Ediciones.
http://www.culturamas.es/blog/2011/12/03/maria-de-medeiros-%E2%80%9Cesconderse-detras-de-las-leyes-y-las-ordenes-es-el-gran-argumento-de-todos-los-torturadores%E2%80%9D/
viernes, 23 de noviembre de 2012
El mito del amor, por PILAR SAMPEDRO
Pilar Sanpedro El mito del amor y sus consecuencias en los vínculos de pareja(Página Abierta, 150, julio de 2004) Te vas porque yo quiero Que te vayas. Y a la hora que yo quiero Te detengo. Yo sé que mi cariño te hace falta Aunque quieras o no. Yo soy tu dueño. (Ranchera. La media vuelta. José Alfredo Jiménez) Todo amor es fantasía; Él inventa el año, el día, la hora y su melodía; Inventa el amante y, más, la amada. No prueba nada contra el amor, que la amada no haya existido jamás. (Machado). Actualmente, la violencia doméstica se ha convertido en una cuestión con una dimensión pública mayor que en otras épocas debido a la gran cantidad de interpretaciones que sobre ella se realizan desde diferentes instancias. La idea de este artículo no es aportar un análisis más sobre el tema, sino plantear una reflexión sobre un asunto que nos afecta a todas las personas en alguna medida y que, en el caso de las mujeres, es una de las muchas variables que sustentan las situaciones de violencia. Me refiero al modelo amoroso de nuestra cultura occidental, al mito del amor-pasión y a sus consecuencias en las relaciones de pareja actuales. Intentaré analizar brevemente este modelo y sus proyecciones en el presente para plantear como hipótesis que uno de los factores (evidentemente no el único ni el más importante) que facilita, favorece y sustenta la violencia de género más dramática y también las microviolencias cotidianas en las relaciones de pareja, es el modelo de amor “romántico” presente en nuestra cultura. Mi reflexión comienza cuando observo que en los relatos de las mujeres que han sufrido algún tipo de violencia por parte de su pareja aparecen sistemáticamente elementos de esta idea del amor que he llamado romántico sobre el que estas mujeres han construido su universo y su biografía. La idealización del amor-pasión Nuestra cultura es excesivamente compleja como para explicar los asuntos de la pasión y el corazón como si fuesen únicamente una cuestión de hipotálamo, de feromonas, de olor corporal o de evolución (elegimos al más apto para procrear). Mi experiencia en el campo de la clínica y la terapia de pareja me hace pensar que el tema del enamoramiento es mucho más complejo y tiene que ver, sobre todo, con la construcción que nuestra cultura realiza sobre el amor. Explicar cómo la ideología del amor y el cebo del romanticismo sustentan en nuestras sociedades la estructura familiar supone, desde mi punto de vista, entender cómo, a estas alturas de nuestra historia, el matrimonio y la pareja siguen siendo núcleos fundamentales en la organización de nuestras comunidades. En una encuesta realizada por el sociólogo José Luis Sangrador (1) aparece el dato significativo de que el 90% de las personas encuestadas manifiestan que no se casarían con alguien del que no se sintiesen enamoradas. ¿Cómo se consolida, pues, el matrimonio en sociedades no utilitaristas y librepensadoras? Uniéndolo a la pasión. Lo que no parece que aprendamos es que el amor novelesco triunfa sobre gran cantidad de obstáculos, pero hay uno contra el que se estrellará siempre: la duración. Sin la idealización del amor-pasión es bastante probable que nuestros escépticos y cada vez más laicos jóvenes no se unirían ni por lo civil ni por la Iglesia para crear una familia. En todo caso, tendrían más claro que el matrimonio convenido para pagar el piso o la luz a medias, construir una célula económica o tener hijos o mantener relaciones sexuales es más una cuestión de contrato y no tanto una unión romántica o pasional. Descubrir esta trampa, analizarla y asumirla genera bastante confusión en nuestras vidas, algunas dificultades, frustración y muchas consultas. Lo que más esquizofrenia produce en las parejas es que la pasión arruina la idea misma de matrimonio precisamente cuando se les había presentado como sustentadora y motivadora de él. Para hablar de esta ideología del amor o su construcción social me remito a un sociólogo e historiador suizo (2) y a su ensayo El amor y Occidente. Para Denis de Rougemont, la cultura occidental, a través de su lírica, nos presenta un modelo amoroso que tiene una serie de características: la idea del amor presupone el gusto por las desgracias, por los amores imposibles (Tristán e Isolda, Romeo y Julieta), la hiperidealización del amor y de la persona amada. De tal forma es así que el amor feliz no tiene historia, sólo el amor amenazado y condenado es novelesco y cinematográfico. Lo que exalta el lirismo occidental no es el placer de los sentidos ni la paz fecunda de la pareja, no es el respeto y el conocimiento del otro, sino el amor como pasión sufriente. El amor en la literatura y el cine En la literatura y el cine los personajes que encarnan a los héroes románticos no se aman; lo que aman es el amor, el hecho mismo de amar. Y actúan como si hubiesen comprendido que todo lo que se opone al amor lo preserva y lo consagra en su corazón, para exaltarlo hasta el infinito. Los amantes son más felices en la desgracia de amor que en la tranquilidad cotidiana del afecto mantenido. Se necesitan uno a otro para arder, pero no al otro tal y como es, y no la presencia del otro, sino más bien su ausencia. Son los obstáculos más graves los que se prefieren por encima de todo para engrandecer la pasión. A veces no es el obstáculo lo que está al servicio de la pasión fatal, sino que, al contrario, se ha convertido en la meta, en el fin deseado por sí mismo. Pienso, por ejemplo, en la sicología de los celos, deseados o provocados, solapadamente favorecidos para volver a sentir como al principio, y en toda la literatura que se ha generado en torno a ellos. La literatura dotó de lenguaje a la pasión. ¿Cuántas personas reconocerían el sentimiento amoroso si no hubiesen oído hablar jamás de él? Pasión y expresión apenas son separables. A partir del momento en el que el instinto se pierde, la pasión tiende a relatarse a sí misma, sea para justificarse, para exaltarse o simplemente para mantenerse. La adopción de cierto lenguaje implica y favorece el desarrollo de ciertos sentimientos: “mi vida ha sido una larga espera hasta encontrarte”, “no puedo vivir sin ti”, “sin ti no soy nada”, “pasión que aísla del mundo”, “quemadura suave”, “te quiero más que a mi vida”, “mátame de pena pero quiéreme”. Por supuesto que actualmente en la literatura y en el cine se cuentan historias que nos dicen lo que pasa después del “fueron felices y comieron perdices”, pero aquí estoy hablando de nuestros mitos. Lo que hace que una historia se convierta en mito es precisamente ese imperio que ejercen sobre nosotros y a pesar nuestro y generalmente sin que lo sepamos. Un mito es una historia, una fábula simbólica, simple y patente, que resume un número infinito de situaciones más o menos análogas. El mito permite captar de un vistazo ciertos tipos de relaciones constantes y destacarlas del revoltijo de las apariencias cotidianas. En un sentido más estricto, los mitos traducen las reglas de conducta de un grupo. El mito se deja ver en la mayor parte de nuestras películas y novelas, en su éxito entre las masas, en las complacencias y los sentimientos que despiertan, en nuestros sueños de amores milagrosos. El mito de la pasión actúa en todos los lugares en los que ésta es soñada como un ideal y no temida como una fiebre maligna; en todos los lugares en que su fatalidad es requerida, imaginada como una bella y deseable catástrofe. Vive de la misma vida de los que creen que el amor es un destino, que nos ha de consumir con el más puro y más fuerte y más verdadero fuego, que arrastra felicidad, sociedad y moral. Vive de la misma vida que nuestro romanticismo. Racionalmente, sabemos que la pasión y el deseo se acaban, que la vida en común es complicada e implica una negociación constante, que la convivencia transforma irremediablemente el deseo; sin embargo, vivimos aún en la idea del mito del amor-pasión que ha generado y genera un prototipo de relación. Sabemos que el amor es una cosa pero fantaseamos con otra: un amor eterno, único y permanente en el tiempo. Una construcción de Occidente El mito del amor pasional es una construcción de Occidente. En Oriente y en la Grecia contemporánea de Platón el amor es concebido como placer, como simple voluptuosidad física. Y la pasión, en su sentido trágico y doloroso, no solamente es escasa, sino que además, y sobre todo, es despreciada por la moral corriente como una enfermedad frenética. El concepto de amor no existe en China. El verbo amar es empleado sólo para definir las relaciones entre la madre y los hijos. El marido no ama a la mujer, “tiene afecto por ella”. A los chinos se les casa muy jóvenes y el problema del amor no se plantea. No comparten las eternas dudas europeas: ¿es amor o no esto que siento?, ¿amo a esta mujer, a este hombre o siento sólo afecto?, ¿amo a ese ser o amo al amor? Tampoco sienten desesperación o dolor cuando descubren que han confundido el amor con las ganas de amar. Un psiquiatra chino consideraría síntomas de locura estas cuestiones. Mientras que en muchos países los matrimonios son concertados previamente, en nuestras sociedades, la base de una institución social básica, la familia, se fundamenta en el amor romántico. El ideal romántico construido culturalmente ofrece al individuo un modelo de conducta amorosa, organizado alrededor de factores sociales y psicológicos; durante nuestra larga socialización aprendemos lo que significa enamorarse, le asociamos a ese estado determinados sentimientos que debemos tener, el cómo, el cuándo, de quién y de quién no... Algunos elementos son prototípicos: inicio súbito (amor a primera vista), sacrificio por el otro, pruebas de amor, fusión con el otro, olvido de la propia vida, expectativas mágicas, como la de encontrar un ser absolutamente complementario (la media naranja), vivir en una simbiosis que se establece cuando los individuos se comportan como si de verdad tuviesen necesidad uno del otro para respirar y moverse, formando así, entre ambos, un todo indisoluble. Este concepto de amor aparece con especial fuerza en la educación sentimental de las mujeres. Para nosotras, vivir el amor ha sido un aspecto que empalidece a todos los demás. Nuestras heroínas literarias como madame Bobary, la Regenta, Julieta, Melibea, la Dama de las Camelias, Ana Karenina...viven el amor como proyecto fundamental de su vida. La escritora Lourdes Ortiz (3) analiza cómo en la mayoría de estas historias vemos que lo que para la protagonista es la vida entera, para el personaje masculino es sólo una parte de su existencia. El amor como proyecto prioritario y sustancial sigue siendo fundamental para muchas mujeres, sin el cual sienten que su existencia carece de sentido. A pesar de los cambios profundos conseguidos en el siglo XX por el movimiento feminista, las mujeres, en mayor medida que los hombres, asumen ese modelo de amor y de romanticismo que nos hace ordenar nuestra biografía y nuestra historia personal en torno a la consecución del amor. Muchas mujeres buscan aún la justificación de su existencia dando al amor un papel vertebrador de la misma, concediéndole más tiempo, más espacio imaginario y real, mientras que los hombres conceden más tiempo y espacio a ser reconocidos y considerados por la sociedad y sus iguales (4). Mientras que, por lo general, solemos elegir a las amistades entre aquellas que más nos gratifican, que más nos respetan y que más compensaciones emocionales y afectivas nos reportan, sin embargo, es posible que nos relacionemos a nivel de pareja con personas que no sólo no nos gratifican, sino que nos llenan de amargura, sufrimiento y daño físico y psíquico. ¿Cómo explicar la persistencia del amor o la relación en estos casos? ¿Cómo se puede amar a quien te mortifica y anula? No es una cuestión de irracionalidad, y me niego a creer que las personas, sobre todo mujeres, que viven estas situaciones son tontas, masoquistas o descerebradas. Es importante que comencemos a explicar esos amores patéticos y llenos de sufrimiento, sacrificios personales y renuncias, sobre todo cuando, en mayor o menos medida, muchas personas han vivido y soportado en sus relaciones de pareja alguna que otra humillación, falta de respeto por sus opciones u opiniones, limitaciones a la libertad, algún que otro desprecio, presiones para hacer esto o lo otro, chantajes e imposiciones. La “espiral de violencia” Las mujeres que “aman demasiado”, aquellas que buscan el amor romántico obstaculizado por la elección de personas difíciles, agresivas o controladoras tienen más posibilidades de vivir en la violencia, consentirla y permanecer en ella, porque esa relación es la que da sentido a su vida. Una de las características que tienen todas las historias relatadas por mujeres que sufren maltrato es precisamente esa discontinuidad en la relación. No son historias afectivas templadas por los años, sino que aparecen siempre intervalos de paz y dolor, fases de “luna de miel” entre los episodios de maltrato: hoy te maltrato y mañana te amo más que a mi vida, sin ti no soy nada, perdóname, te quiero; todo ello acompañado de muestras extraordinarias de cuidados y cariño hasta la próxima escena. Se le ha dado el nombre técnico de “espiral de violencia”, en la que los episodios de maltrato son cíclicos. Cuando las mujeres se plantean abandonar al maltratador tienen que reconstruir su nueva biografía en un contexto ajeno a sus tradiciones y abandonar un lugar en el que se comportaban como amantes esposas y madres. Se trata de dejar su proyecto vital; renunciar al amor es el fracaso absoluto de su vida, y es muy difícil que vean en ese cambio una promesa de vida mejor. Las mujeres siguen interpretando la ruptura matrimonial como un problema individual, como una situación estresante y anómala y no como la liberación de una situación opresiva que, además, debe ser tratada como problema colectivo y no individual. Y en este sentido, es la sociedad la que debe rehabilitarse, la que debe ser llevada a terapia, porque son las construcciones, las historias y los mitos de esa sociedad los que están en el origen y la raíz del problema de la violencia doméstica. Nuestro modelo social es el máximo legitimador de éstos y otros comportamientos, y como tal, la violencia doméstica será el plato de todos los días si no somos capaces de cuestionarnos qué tipo de sociedad genera maltratadores, qué sociedad genera esta patología del vínculo amoroso. A su vez, debemos pensar qué tipo de cultura es la nuestra para que mujeres capaces y adultas soporten, en nombre del amor, la humillación y el sufrimiento; para que, en lugar de escapar de esas situaciones, busquen soluciones peregrinas y absurdas como tener hijos, automedicarse o disculpar a su pareja para no perder aquello que fundamenta su vida: el amor. Condenar la pasión en bloque sería querer suprimir uno de los aspectos de nuestra creatividad y de nuestra historia. Además de imposible, es una tarea titánica. Mi pretensión es sólo la de alertar, prevenir, analizar, aislar la pasión, desmontarla, si se quiere, para observarla y conocer mejor sus propiedades. Hacernos más conscientes de este proceso nos hace más libres, y hablar de la utopía nos acerca más a ella y a sus posibilidades, a la búsqueda de relaciones más alternativas al modelo al uso, de mayor calidad, más plásticas y que nos ahorren sufrimiento. Mi experiencia profesional y también personal me dice que quien da mucha importancia a su vida amorosa en detrimento de otros aspectos vitales sufre más, se suscribe antes al sufrimiento como meta, en comparación con aquellas personas que muestran menos interés por el campo sentimental y que ponderan en su justa medida la vivencia del amor. Me gustaría educar a las nuevas generaciones en un análisis más crítico de este modelo amoroso y estaría más conforme si les hiciéramos planteamientos más realistas sobre la arbitrariedad de la elección amorosa. Me gustaría que entendamos que no hay nadie en el mundo que pueda colmarnos definitiva y eternamente, que los afectos son múltiples, de diferente pelaje y complejidad, que el amor no puede basarse en renuncias y sacrificios y que nunca deberíamos abandonar nuestra individualidad, nuestros proyectos personales, nuestro espacio propio en aras del amor. ___________________ (1) Sangrador, José Luis: “Consideraciones psicosociales sobre el amor romántico”, Psicothema, 1993, vol 5, Suplemento, pp.181-196. (2) De Rougemont, Denis (1979): El amor y Occidente, Editorial Kairós, Barcelona. (3) Ortiz, Lourdes (1997): El sueño de la pasión, Planeta, Barcelona. (4) Altable Vicario, Charo (1998): Penélope o las trampas del amor, Nau Llibres, Valencia. |
miércoles, 21 de noviembre de 2012
domingo, 18 de noviembre de 2012
UNA RECOMENDACION YA QUE SE APROXIMA EL 25 de noviembre
Dirigida por Atiq Rahimi.
Producción afgano francesa, alemana
Preciosa adaptación de la premiada novela del mismo título, que el
propio Rahimi firmó hace tiempo. Interpretada magistralmente por la
bella Golshifteh Farahani, que hace exorcismo de miedos y sumisiones
relatando en voz alta sus secretos a quien no puede contestale -ni ya
someterla, porque está en coma-, la película afgana no tiene un solo
plano vacío de contenido, ni de color. Hasta su escenario, un Afganistán
quebrado por la guerra, habla, sin decir nada, con firmeza de una
realidad, que paradójicamente en esta parada tiene su pilar sobre una
leyenda, la de la piedra paciente.
Próximo pase, Teatro Jovellanos. Lunes, 22.30, Cines Centro, sala 2.
Ya que se acerca el 25 de noviembre día contra la violencia de género, una pelícuila para adultos y adultas, muy impactante, al igual que el libro en que está basada.
viernes, 16 de noviembre de 2012
La familia en Marruecos
dejarlainfancia from encarnacgh
En esta presentación descubrirás la relación que hay entre las familias en Marruecos y la distribución de las casas. La arquitectura se relaciona con la forma de entender la familia como una organziación extensa, que cobija y da respuestas a los problemas de sus componentes.
También aparecen otros espacios como el hamman, relacionado con el paso de la infancia a la madurez en los varones.
Los textos son de una escritora marroquí, Fátima Mernissi.
En esta presentación descubrirás la relación que hay entre las familias en Marruecos y la distribución de las casas. La arquitectura se relaciona con la forma de entender la familia como una organziación extensa, que cobija y da respuestas a los problemas de sus componentes.
También aparecen otros espacios como el hamman, relacionado con el paso de la infancia a la madurez en los varones.
Los textos son de una escritora marroquí, Fátima Mernissi.
martes, 13 de noviembre de 2012
El fin de semana
En el Amagüestu jugamos a la silla, a la carrera de la cuchara, escanciamos agua, hicimos carreras.
Comimos castañas asadas y bebimos sidra dulce.
Hice una muñeca de títere con mi profesora Encarna. EL títere era de color amarillo.
A mi me gustó mas el juego la carrera de la cuchara. Gané un aplauso de mi equipo.
Fui al cine con mi madre el sábado. Vimos la película HOTEL TRANSILVANIA en 3D. Me gustó. Tuve miedo y mi madre también tuvo miedo. Es una película muy buena.
MARINELA
Comimos castañas asadas y bebimos sidra dulce.
Hice una muñeca de títere con mi profesora Encarna. EL títere era de color amarillo.
A mi me gustó mas el juego la carrera de la cuchara. Gané un aplauso de mi equipo.
Fui al cine con mi madre el sábado. Vimos la película HOTEL TRANSILVANIA en 3D. Me gustó. Tuve miedo y mi madre también tuvo miedo. Es una película muy buena.
MARINELA
lunes, 12 de noviembre de 2012
Títeres
Me llama la atención como casi todas y todos optaron por el color rosado, cuando nuestras pieles tienen diferentes tonos, y la diversidad es inmensa. Había otros tonos, anaranjados, amarillentos, y dos colores que podían expresar emociones como el verde y el azul.
Los títeres vienen de muy lejos. Es perderse en el misterio pretender buscar su origen. Nacieron con la imaginación, y pertenecen a todos los tiempos y a todos los lugares de la tierra.
¿Cómo puede precisarse un determinado lugar geográfico para ubicar el nacimiento y la infancia del títere?
¿En qué lugar preciso puede fijarse el nacimiento del hombre?
Y el títere?-es mejor divagar sobre su origen- nació cuando el hombre, el primer hombre, bajó la cabeza por primera vez , en el deslumbramiento del primer amanecer, y vio a su sombra proyectarse en el suelo, cuando los ríos y las tierras no tenían nombre todavía.
Javier Villafañe (Argentina)
Construyendo títeres en el instituto
Alumnado de 1º, 2,º, 3º y 4º de la ESO construyeron sus títeres y les dierpn vida. Se saludaron unos a otros, alguno de vistió con su traje de gala, para celebrar el Amagüestu.
domingo, 11 de noviembre de 2012
AMAGÜESTU EN EL IES CUENCA _ rincón de títeres
Rincón de construcción de títeres
Algunas profesoras sacaron un rato para venir a construir su títere, y dejaron que la niña que las habita se desperezara. Otros pasaron a recoger sus encargos: - "papel reciclado" .
Hubo tres pases de la obra en teatro de papel "el huevo", y acudieron tambien algunas profesoras a ver y escuchar la historia, que fue aacogida con aplausos.
GRACIAS A TODAS Y TODOS POR PARTICIPAR
Si queréis dejar alguna impresión, sugerencia, pinchad en comentarios.
El amagüestu con títeres de papel
Celebramos el Amagüestu el pasado viernes en el cole y en el instituto.
Propuse desarrollar un taller de construcción de titeres de papel. Decidí hacer un títeres que no precisa más que una hoja de papel para poder hacerlo, ni pegamento, y si me apuras ni tijeras, sólo doblar y plegar, desplegar...
Me enseñó a hacerlos el año pasado uno de mis alumnos chinos, Suhang. Recordé la forma de hacerlo viendo el video que hicimos juntos y que está en este blog en la etiqueta títeres.
Ayer supe que ha regresado a China. Ojalá tenga suerte y sonría más allí. Quizás llegue a ver esta entrada, así que le doy las gracias por enseñarme a construir este títere con el que pasamos un amagüestu divertido, entre castañas, sidra y otros aires.
Propuse desarrollar un taller de construcción de titeres de papel. Decidí hacer un títeres que no precisa más que una hoja de papel para poder hacerlo, ni pegamento, y si me apuras ni tijeras, sólo doblar y plegar, desplegar...
Me enseñó a hacerlos el año pasado uno de mis alumnos chinos, Suhang. Recordé la forma de hacerlo viendo el video que hicimos juntos y que está en este blog en la etiqueta títeres.
Ayer supe que ha regresado a China. Ojalá tenga suerte y sonría más allí. Quizás llegue a ver esta entrada, así que le doy las gracias por enseñarme a construir este títere con el que pasamos un amagüestu divertido, entre castañas, sidra y otros aires.
lunes, 5 de noviembre de 2012
Un cuento para el Amagüestu
Suscribirse a:
Entradas (Atom)