mito creador, como madre de Ra y madre de todos los dioses. En la
mitología griega aparece Aracné, la doncella lidia que es convertida en
araña por la celosa Atenea, una de las diosas más poderosas y que
algunos autores, desde Herodoto a Robert Graves, opinan que es la
versión griega de Neith. El dios Hefestos intentó violar a Atenea, que lo
rechazó. Hefestos, en su intento, eyaculó sobre el muslo de la diosa
quien, asqueada, limpió el semen con un trozo de lana y lo tiró al suelo.
Del trozo de lana nació Erectonio, futuro rey de Atenas. Atenea no creó a los dioses, pero sí a un rey ateniense y, por lo tanto, Atenea es en realidad la araña (según A. Melic, De Madre Araña a demonio
Escorpión: Los arácnidos en la Mitología, Rev. Ibérica de Aracnología 2002) 5, 112-124) y no Aracné, quién sólo padeció una transformación como castigo.
Un mito muy popular en Africa central y occidental es el de Anansi, una araña creadora del sol, la luna y las estrellas. En las islas del Pacífico la araña Aerop-Enap también es la divinidad creadora, al principio sólo existía ella y los mares y después acabó creando los Cielos y la Tierra. En la tradición Maya, la diosa del parto Ix-Chel se representa con una placenta en forma de telaraña de cuyo centro surge el cordón umbilical, o hilo, que une al hombre con el resto del universo y, también, en las culturas nativas de Norteamérica encontramos a la Madre Araña creadora de la Tierra.
Este mural nos recuerda que hay todo un abanico de matices.
Felicidades.
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