jueves, 20 de octubre de 2011

Texto del video: Mohamed, hijo de las nubes


Salam malekum soy Mohamed Lamin, tengo 12 años. Mi padre se llama Boyema y mi madre se llama Mahguba. Nací en Dajla, en Argelia, en los campamentos de refugiados del Sáhara.
Vine a España durante el verano, para pasar las vacaciones con una familia española. Maribel y Jesús son mi familia española, ellos me cuidan muy bien cuando estoy aquí y tienen un rincón en mi corazón.

En el Sáhara hace mucho calor en verano, llegamos a soportar temperaturas de 55 grados a la sombra y en invierno bajo cero. Llueve muy poco, unas horas durante unos días del otoño y llueve de forma torrencial. Este año el agua tumbó las jaimas. Llovió en todo el año 2006 entre el 9 y el 11 de febrero y cayeron 74 mm. Mientras que en Asturias cayeron 900 mm durante todo el año en 2006.

Os vamos a contar cómo es mi vida en los campamentos del sáhara occidental.

RAÍCES

Mi madre nació en Dajla, cuando era territorio español, una colonia española. Ella vivió la Marcha Verde, que comenzó el 16 de octubre de 1975 y tuvo que ir con su familia hacia el este, hacia el desierto del Sahara en Argelia. Allí no había nada, rodeados de arena se instalaron en jaimas.
La jaima estaba construída con un palo en el centro y cuerdas sobre las que se colocan pieles de camello y cabra. Más tarde se fueron construyendo las casas con ladrillos de adobe. Son ladrillos más blandos que los de aquí. Los ladrillos los hacemos así:
Primero colocamos un molde de metal, rectangular y lo llenamos con tierra que mezclamos con agua. Después sacamos el molde y lo dejamos secar al sol. A los tres días los apilamos y se hacen las casas.

Yo nací en el Frente POLISARIO, en los campamentos de refugiados en Dajla. Tengo una hermana, Aziza y tres hermanos, Nafer, Ali y Husein. Yo soy el de en medio. En los campamentos los hombres se van a pasar temporadas en el Frente POLISARIO y los territorios liberados, y en los campamentos nos quedamos los niños, las mujeres y los ancianos.

EL AGUA

En Dajla, vivimos con más tranquilidad, a un ritmo más lento. Allí el agua sale de la tierra. Aquí tenéis el agua caliente y fría girando el grifo, sin embargo en los campamentos el agua sale de la tierra y llega a los depósitos. Desde el depósito cogemos agua en depósitos más pequeños. El agua sale caliente, envolvemos el depósito con ropa vieja, rota que ya no sirve para vestirnos y lo mojamos para que el agua se enfríe. Si hay viento se enfría más rápido, si está en la sombra y no hay viento tarda más en enfriarse. Esta agua es agua potable. Ahora los depósitos son de plástico, antes eran de metal y el agua se contaminaba. Mi hermana Aziza es la encargada de enfriar el agua.
Para lavar la ropa usamos el agua del depósito grande y lavamos con las manos y jabón, en una palangana de metal.
Hay un señor que va en burro a buscar agua más dulce, a un pozo que está más alejado. Esta agua que trae y vende la usamos para hacer algunas comidas: lentejas, alubias y preparamos el té con ella.

EL TÉ

El té es lo primero que se ofrece a los invitados cuando llegan, se prepara con agua, té y mucho azúcar. Tomamos tres tés, el primero es amargo como la vida, el segundo es dulce como el amor y el tercero suave como la muerte.

El pan los hacemos nosotros. Ponemos la harina con la levadura en un caldero, añadimos agua mezclada con sal. Luego con el puño lo mezclamos hasta hacer una masa compacta, después lo estiramos en forma de torta redonda y delgada. Para cocerlo escarbamos un agujero en la arena y metemos el pan dentro, y lo tapamos con arena. Encima encendemos un fuego, hacemos un té y luego cuando el fuego se apaga, sacamos la arena y el pan está listo para comer.

RELIGIÓN

Allí, en los campamentos no hay una tienda donde hay todo, sino que hay en cada tienda algo. En esta hay carne. Ahí hay ropas para la Id, la fiesta del cordero, la celebramos tres meses después del Ramadán. Este año será en diciembre, para la fiesta matamos un cabra y la preparan. Comemos en casa de unos y otros para que la carne no se estropee. Rezamos juntos, todos. Mirando hacia la Meca, en Arabia Saudita. Rezamos cinco veces: por la mañana a las 5 cuando sale el sol, cuando comes, por la tarde a las 5, luego a las 19•30 cuando baja el sol, y a las 21:00 por la noche. Cada oración dura entre 3 y 5 minutos. Antes de empezar a rezar hay que purificarse, para eso hacemos abluciones, que consisten en lavarse los orificios de la cara, las manos, los brazos y los pies con agua. Pero como no tenemos mucho agua nos lavamos la cara, los brazos y las manos con arena.
El Ramadán es el noveno mes de nuestro calendario lunar, es el mes del ayuno. No se puede comer, ni beber nada hasta que se pone el sol. Con 45 grados es muy duro y difícil no beber nada de líquido. Hay personas que lo hacen y otros no. Los niños, las madres que tienen bebes, las personas enfermas no tienen que ayunar.

LA VIVIENDA

Nuestras casas son muy diferentes, dormimos sobre una alfombra y nos tapamos con mantas cuando hace frío, en invierno. En verano como hace mucho calor dormimos fuera, ponemos una alfombra fuera y dormimos bajo las estrellas, viendo caer muchas estrellas. El baño está fuera de la casa, no hay bañera, hay un plato de ducha y nos vamos lavando con agua que tenemos en calderos.
Las mujeres llevan la melfa que es una tela de unos cuatro metros. Y los hombres llevan daraha, y en la cabeza llevamos el elzam. Nos lo ponemos así…

EL ARTE DE JUGAR

Construímos juguetes como coches para conducir. También jugamos a
Damat aznahs se juega sobre la arena, jugamos con 12 piedras y 12 palos. Gana quien se come las fichas del otro. Jugamos mucho al fútbol, descalzos.
Escuchamos música, vemos la televisión, con la parabólica vemos canales árabes, peor en blanco y negro. Los abuelos cuentan muchas historias , cuentos en los que el personaje protagonista es Shertat,


SHERTAT Y EL TROZO DE CARNE

Shertat iba caminando de noche por el desierto en busca de algo de comer. Unos cazadores habían dejado un solo trozo de carne tirado en el suelo junto a unas cuantas piedras del mismo tamaño que la carne. Se paró Shertat al llegarle el sabroso olor y exclamó, "Al hamdu lillah". Contó todas las piedras y el trozo de carne, pensando que todos eran chicha. Shertat se relamió. "Con tanta carne está noche estaré repleto". Sin pensarlo, se abalanzó sobre la primera piedra y la tragó creyéndola un trozo de la carne; la segunda, la tragó; la tercera, la tragó; así hasta se quedó sólo el pedazo de carne. Shertat lo miraba diciendo, "Al hamdu lillah, me he llenado y todavía ha sobrado un buen trozo de carne".

LA MÚSICA Y EL VESTIDO

Nos gusta la música. Tocan el tabal, la guitarra, eléctrica el piano, y el cantante canta para no olvidar lo que hemos vivido en el pasado y nuestro sueño de volver al sahara occidental, a nuestra tierra.
Las mujeres lanzan ezagrid, cuando están contentas, en las bodas, cuando nace un niño o una niña.

MI SUEÑO

Mi sueño es que todos los refugiados de los campamentos saharauis podamos volver a nuestro país, el Sáhara occidental a orillas del Océano Atlántico. Volver sin guerras, que los marroquíes se vayan y nos devuelvan nuestra tierra.










3 comentarios:

  1. Hola Mohamed, yo también me llamo Mohamed
    Lamine y soy senegalés.
    Me gusta tu artículo que es muy largo y está muy bien. A mi también me gusta la religión musulmana.

    Mohamed Lamine Ndiaye. IES de Llanes

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  2. Gracias, sucran Mohamed, por tu comentario, por leernos. Seguro que el video te resultó más interesante que leer el texto solamente.
    Anímate a contarnos sobre Senegal, sobre el cultuvo de cacahuetes, sobre Ismael Lo, ...
    Un abrazo

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  3. Hola Encarna, gracias. Más adelante trabajaremos los cacahuetes.

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