jueves, 21 de mayo de 2015

La profesora de historia

Una película necesaria.
La educación, bendita educación. Uno de los puntos claves de toda sociedad que sePRECIE. Un legado único que no debe perderse en la inmensidad de nuestro vasto planeta. Una joya de valor incalculable que cada día pierde más adeptos y gana más mediocridad, marchitando esa vocación de algunos educadores que pretenden ampliar ese legado impagable. ‘La profesora de historia’ (Marie-Castille Mention-Schaar, 2014), basándose en un hechoREAL, nos arrastra al mundo del educador en Francia. Anne Gueguen es una profesora vocacional que no sólo imparte clases en un instituto, sino que se preocupa por sus alumnos y por que salgan a un futuro esperanzador y mínimamente halagüeño. Otro año más le ha tocado ser la tutora del curso “malo”, de esa clase que se llena con los alumnos con peorEXPEDIENTE, con peores notas medias. Si consigue sacar alguno adelante, ya será un éxito. Pero Anne no está dispuesta a tirar la toalla, aunque sus alumnos ya se den por perdidos. En aras de infundir cierta confianza en ellos, la profesora los apunta a un concurso de redacción nacional con el tema de los niños y adolescentes en los campos de concentración nazi. Aunque al principio son un poco reticentes a participar, poco a poco los alumnos se van abriendo y creyendo más en ellos mismos, y se adentrarán en un proyecto que cambiará sus vidas por completo.
‘La profesora de historia’PUEDE suponer un interesante estudio sobre el sistema educativo público en Francia, y más aún si lo comparamos con el español, con el que guarda bastante similitudes. Pero si nos alejamos de su clara vertiente sociopolítica, podremos asomarnos a UNAhistoria tremendamente  optimista, incluso me atrevería a apuntar extrañamente optimista, aunque de vez en cuando sí se ve luz al final del túnel. La historia arranca con una base de marginalidad e indisciplina ampliamente realista. Pero en esa ecuación se introduce una variable que da al traste con cualquier solución lógica: una mujer adulta que lucha por el futuro poco esperanzado de un grupo de alumnos que se han rendido a la vida,INTERPRETADA por una magnífica Ariane Ascaride (Marius y Jeannette – Robert Guédiguian, 1997), templada, sabia y con una fortaleza envidiable que consigue sacar en los puntos más álgidos del relato. Su personaje,Anne Gueguen, profesora queCONTINÚA esparciendo su semilla educativa buscando crear jugosos frutos de sabiduría e inteligencia que consigan sobrevivir al mundo hostil que les espera fuera de las aulas, imparte una tremenda lección de historia y humanidad.
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Temas tan manidos como la religión, elRACISMO, la educación, la adolescencia o la marginalidad están tratados de forma sencilla, algo “simple” (en la acepción más inocente del término), pero de forma elegante, delicada. Con muy poco,ESTAhistoria es capaz de calar profundo, de enseñar, y no sólo mostrar esa enseñanza de tiempos pasados como guía hacia un futuro próspero o más prometedor. Resulta inevitable encuadrar a ‘La profesora de historia’ en esa línea temática dePELÍCULAS francófonas que utilizan la educación como telón de fondo, y cuyo camino ya abrieron previamente ‘La clase’ (Laurent Cantet, 2008) o ‘Profesor Lazhar’ (Philippe Falardeau, 2011), aunque la película de Mention-Schaar toma otros derroteros, consiguiendo emocionar con un optimismo apabullante, optimismo que sólo se ve roto por el relato de un superviviente real del holocausto que transmite plenamente su dolor, y eso queda reflejado en el rostro de los alumnos que le escuchan atentamente y en se clava en el alma del espectador que asiste como si de un alumno más se tratase. Un claro ejemplo de una película “feel good” bien hecha.

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