INTERNACIONAL
La Unión Europea concede asilo al 12% de los 1,8 millones de sirios que se lo solicitan
Casi cuatro millones de refugiados se encuentran en los países limítrofes: Líbano, Turquía y Jordania
De esquina a esquina, el pañuelo palestino de Amjad Hefa tiene la envergadura de sus dos brazos extendidos. "Esto lo traje de Siria", afirma sonriente, asomado al pliegue superior del tejido blanquinegro que le tapa hasta las rodillas. Eso y poco más se llevó consigo cuando dejó Damasco.
Amjad Hefa, en su piso de FuenlabradaLaura Aragó
Ligero de equipaje cruzó Marruecos y Argelia. El 15 junio de 2013 llegó a Melilla y se dispuso a atravesar Europa en autobús con la vista puesta en Suecia. Casi lo logró. De hecho, estuvo allí hasta que se topó con la ley. Al cabo de mes y medio voló de vuelta a España, cumpliendo a rajatabla el artículo 13 delReglamento de Dublín, según el cual el primer estado europeo cuya frontera cruza -de manera irregular- un solicitante de asilo es el encargado de examinar la petición. "No lo sabía, nadie me lo dijo", explica.
En marzo de 2011 las fuerzas del Estado sirio, gobernado por el presidente Bashar Assad, entraron en Deera para aplastar una protesta contra el Gobierno. Aquel fue el inicio de la guerra que empujó a Amjad Hefa a abandonar el país y que ya es considerada la peor crisis humanitaria de las últimas décadas. Desde entonces, cuatro millones de sirios se han visto obligados a abandonar el país, según datos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). La misma fuente revela que un 94% de ellos ha permanecido en los países limítrofes -Turquía, Líbano y Jordania-, mientras que otros han optado por acudir a la Unión Europea en busca de una protección internacional que se ha concretado en 1,8 millones peticiones de asilo desde 2011 hasta 2014, de las cuales 233.000 -un 12%- han recibido hasta el momento una respuesta positiva.
Fuente: Acnur
La historia de Amjad Hefa se repite. Su abuelo ya dejó su hogar en 1948 cuando el fin de la guerra arabe-israelí forzó al éxodo a más de 200.000 palestinos. El Nakba -catástrofe en árabe- es el inicio del conflicto entre Palestina e Israel. Por eso, aunque su familia reside en Siria desde hace más de medio siglo, el viaje de Amjad figura en las estadísticas de los palestinos. Y precisamente por esta última condición, las posibilidades de que su mujer pueda abandonar Damasco y reunirse con él en España son por ahora limitadas. "Como ella es siria y yo palestino, no puedo hacer una carta de invitación... ¡Ley loca!", se lamenta.
A la espera de que la situación se resuelva, Skype y WhatsApp son la única vía de comunicación entre Fuenlabrada y la capital de un país en guerra.
El efecto de cuatro años de violencia
Desde el inicio del conflicto, al menos 140.000 personas han muerto a causa ataques aéreos, tiroteos, ejecuciones, explosiones, torturas y por no poder recibir atención sanitaria, según ha registrado el Violation Documentation Center, que trabaja para documentar crímenes y violaciones de los derechos humanos en Siria. Según los datos de la misma organización, el 63% han sido víctimas civiles.
Fuente: Center for Documentation of Violations in Syria
Más de 89.000 muertos civiles, ocho millones de desplazados internos registrados por Acnur y más de cuatro millones de refugiados son el balance de cuatro años de guerra civil que han hallado tibio reflejo en la respuesta internacional. Virginia Barroso, de Amnistía Internacional, denuncia que el 94% se encuentra en los países limítrofes como Turquía, Jordania y el Líbano. En este último país, el volumen de refugiados equivale ya a una tercera parte de la población. Según confirma María Jesús Vega, responsable de comunicación de Acnur, en "Turquía tienen casi dos millones de refugiados en condiciones de indigencia absoluta".
Distribución de los refugiados en los países limítrofes
Fuente: Acnur / *Se destaca también el dato de Egipto por su relevancia
La crítica situación en la zona forzó a Amjad Hefa -como a muchas otras personas- a abandonar el país y emprender el camino hacia Europa. Cuando las autoridades suecas lo devolvieron a España, inició su procedimiento de solicitud y sumó su petición a las 16.395 que ha recibido España desde 2011.
De todas ellas, a 1.106 personas se les ha concedido el estatuto de refugiado y han podido quedarse en el país. Sin embargo, en la Unión Europea el peso de las resoluciones positivas de España se reduce a un 0,47% del cómputo tota, en un contexto en que la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, afirma que la capacidad de acogida del país está muy saturada. "Los países limítrofes no dan abasto y aquí con 6.000 decimos que somos muchos. También es cierto que España ha sido tradicionalmente un país de tránsito. Aquí las condiciones de acogida y las condiciones sociales tampoco han sido muy boyantes", razona María Jesús Vega.
A nivel global, destaca el papel de Alemania, cuyas instituciones han reconocido el estatuto de refugiado a más de 25.000 sirios. Junto a Dinamarca y Suecia, son los estados que más peticiones han recibido y aceptado de los 28. María Jesús Vega puntualiza que "en estos países las condiciones de acogida son mejores, ya que tienen unos servicios sociales mucho más avanzadas. En Alemania y Suecia, además, tienen redes de apoyo y de acogida de grupos nacionales". Sin embargo, ni siquiera las elevadas cifras de estos países bastan para paliar la crisis. "Los esfuerzos que se están haciendo desde la UE no son suficientes y cubren una parte ridícula del total de refugiados", explica Virginia Barroso, miembro de Amnistía.
Con todo lo anterior en mente diseñó Amjad su expedición a Suecia para reunirse con algunos tíos y primos que ya estaban en el país. No obstante, ahora se muestra satisfecho con su residencia en España. Aquí formalizó su petición de acuerdo con los requisitos legales, que establecen que debe hacerse en frontera o dentro del territorio. "También se contempla la posibilidad de solicitar asilo en consulados o embajadas, pero que yo sepa no se han tramitado. De hecho, me consta que se han negado a hacerlo", explica Vega.
Este supuesto está recogido en el artículo 38 de la ley 12/2009, de 30 de octubre, reguladora del derecho de asilo y de la protección subsidiaria, según la cual "los Embajadores de España podrán promover el traslado del o de los solicitantes de asilo a España". Sin embargo, los detalles del procedimiento quedaron sujetos a un desarrollo reglamentario que debía haberse publicado seis meses después de la entrada en vigor del texto y que continúa en el limbo. Además, esta indefinición se hace extensiva al resto de la Unión Europea: "La amplia mayoría de solicitudes de protección internacional se realiza tras la llegada al territorio. Las peticiones desde otros países podrían hacerse a través de visados humanitarios, pero estos casos son excepcionales", asegura Jean Pierre Schembri, portavoz de la Oficina Europea de Apoyo al Asilo (Easo).
Los trámites, una espera indefinida
Los plazos de resolución dependen de la vía escogida: la primera evaluación -para decidir si la solicitud se admite a trámite o no- supone ocho días cuando se hace en frontera; dentro del territorio, la espera se alarga a un mes. Cuando Amjad supo que su solicitud había pasado a la 'siguiente fase', estaba hospedándose en el hostal Welcome, que reserva habitaciones para estos casos en virtud de un convenio con distintas ONG. "Despues fui al centro de CEAR en Getafe durante seis meses, hasta que me dieron el estatuto. Y después, a casa", resume señalando las paredes del salón del piso que comparte en Fuenlabrada con otro refugiado sirio y un joven extremeño. Según los cálculos de María Jesús Vega, el medio año de espera de Amjad -entre el 4 de diciembre y el 28 de mayo- es una buena marca: "Ahora mismo, los plazos se está cumpliendo con muchos sirios. Pero con el resto no. La media de un año y medio o dos no nos la quita nadie".
Junto a la tarjeta de asilo, Amjad recibió la posibilidad de residir y trabajar en España de manera indefinida. En el mismo CEAR encontró un trabajo como ayudante de cocina, precisamente el último empleo que tuvo en Siria -antes había sido diseñador gráfico-, y se aclimató a la dieta mediterránea: "Muy rara. Mucho pescado". Sólo le falta una zancada para resolver su mayor problema: "Mi mujer está muy mal. En Damasco hay muchos bombardeos. Ahora que tengo trabajo, si consigo una casa para mí podré escribir una carta de invitación para ella".
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