Quise a los que te precedieron
con pasión, hasta la locura y gracias a ti descubrí que con ellos tan solo
dejé: prejuicios, inseguridades, miedos, y un hilo de sangre.
Contigo supe que los celos no son
amor, que los vientos cosquillosos de las primeras caricias se transforman en
miradas cargadas de significados, y en
complicidades que me llevaron a sentirme más yo, mujer. Mujer que crea una
barca contigo y remamos hacia un horizonte común, en este viaje compartimos risas,
sueños, llantos, dudas, y encontramos el apoyo que precisamos para decidir lo
mejor para cada uno. Respetas mis ritmos y hemos sabido hallar el momento
adecuado para reencontrarnos bajo las
sábanas y reinventarnos en cada
encuentro como seres curiosos que se
construyen cada día con la inocencia de la infancia y la ternura de los años que hemos vivido.
Gracias a ti soy más sabia cada
día y gozo como nunca creí que fuera posible cuando nos abrazos en mitad del
pasillo, entre tu cuarto y mi cuarto.
VIRGINIA
Encarna alias Virginia
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