jueves, 8 de junio de 2017

Sirenas de Escocia, la selkie









Las selkies, también llamadas silkies, selchies o roane, son criaturas mitológicas de las leyendas escocesas, pero también de Irlanda e Islandia. Pertenecen al grupo de los cambiantes, seres que mudan su piel para adoptar otra forma.

En el caso de las selkies viven en el mar y pueden desprenderse de su piel de foca, la cual es su forma habitual, para convertirse en hermosas jóvenes humanas.

Los Selkies machos dicen que igualaban en belleza a las Selkies femeninas en su forma humana,con cabello largo muchas veces de color rojo  y hermoso rostro. También cuentan las antiguas leyendas escocesas que tenían un gran poder de seducción sobre las mujeres.


Selkie escocesa



Como someter a una Selkie según las leyendas escocesas


Si un hombre o mujer encuentra la piel de foca, puede exigirle a la/el selkie que se convierta en su esposo/a. Entonces ella o él estará bajo su control. Si ese es el caso, el consejo que se daba era esconder muy bien la piel.


Versiones terroríficas de Selkies enfadadas o moribundas



Las doncellas selkies son famosas por convertirse en excelentes esposas, aunque siempre melancólicas, echaran de menos el mar, su hogar.

Muchas de estas leyendas escocesas suelen acabar con la selkie descubriendo el lugar donde el esposo guarda su piel de foca, momento en el cual huyen de vuelta al mar, dejando atrás marido e hijos.

 



Antigua leyenda sobre una Selkie


Cuenta una leyenda escocesa que un joven se encontró una vez una pequeña foca cerca de la orilla. Era habitual verlas por aquella zona, y las focas estaban acostumbradas a los hombres, por eso no debe extrañarnos que la foca siguiera durmiendo al sol cuando lo vio acercarse.

El joven era un buen muchacho del pueblo que nunca había hecho daño a nadie, pero contó avergonzado que se sintió cautivado por aquella piel blanca y suave que tenía la foquita. Hechizado como por embrujo, el joven se acercó a ella y la despellejó. Media hora tardó el joven de salir de su letargo.






Se asustó al ver las manos llenas de sangre y sintió asco de si mismo cuando descubrió aquella piel blanca guardada en su mochila. "" ¿La habré matado yo?"", se preguntaba, ""¿he sido yo su asesino?"", pero por más que lo intentaba, no lograba recordar nada.

No sabía el muchacho que no había despellejado a una foca cualquiera, sino que se trataba de una Selkie, una raza de seres-foca que pueden adoptar forma humana para caminar por la orilla.

Quitarle la piel a un Selkie puede ser muy peligroso, pero tambien es difícil que un Selkie muera solo por eso, pues ellas se la quitan a su antojo. Llevado por los remordimientos, el hombre siguió el reguero de sangre hasta encontrar a su víctima. La encontró entre unas rocas, escondida, llorando desconsolada. Arrepentido, el joven le devolvió la piel y escapó rápidamente.

Poco tiempo despues la Selkie salió de su escondrijo, se puso la piel y desapareció bajo el agua.


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