AULA DE INMERSIÓN LINGÜÍSTICA CUENCA DEL NALÓN Y CAUDAL (SEDE EN: I.E.S. CUENCA NALÓN. LA FELGUERA. LANGREO)
viernes, 22 de noviembre de 2013
Romaní
Se denominan gitanos, romaníes, zíngaros o pueblo gitano a una comunidad o etnia de origen indio, que data de los Reinos medios de la India, con rasgos culturales comunes aunque con enormes diferencias entre sus subgrupos. Se encuentran asentados principalmente en Europa, ya que de hecho son la mayor minoría étnica de la Unión Europea, aunque están presentes también, pero en menor proporción, en el resto del mundo. El Día Internacional del Pueblo Gitano se celebra el 8 de abril recordando aquel día de 1971 en Londres donde se instituyó la bandera y el himno de la Comunidad.
El término «gitano» es mayoritario en español y se recogen significados positivos, aunque también connotaciones peyorativas. Esta circunstancia ha originado en España una propuesta reciente para sustituir este término por romaní o simplemente «rom» (en romaní: 'hombre' o 'marido'). A nivel internacional existe también una propuesta común para utilizar rrom, tanto como nombre del pueblo como del idioma, si bien no hay todavía acuerdo acerca de la existencia o no del doble fonema «r-r» en las lenguas gitanas centroeuropeas.
En el caso de España puede usarse también el término «calé» para referirse a la persona, o «caló» para referirse a la variante lingüística propia.
Orígenes
La palabra «gitano» procede de «egiptano», porque en el siglo XV se pensaba que los gitanos procedían de Egipto. Cuando penetraron en Europa, muchos grupos de gitanos se presentaban a sí mismos como «nobles egipcianos»; así, en 1425, dos romaníes pidieron un salvoconducto al rey Juan II de Aragón, en el cual se hacían llamar «condes del Egipto Menor». La palabra «calé» parece proceder del indostaní «kâlâ», que significa «negro».
Dado que se pueden encontrar en multitud de países de todo el mundo, existen una gran variedad de etnónimos. Los principales son los siguientes:
Zíngaros: Término derivado probablemente del griego Ατσίγγανος (literalmente intocable), nombre atribuido a una secta maniquea procedente de Frigia, aunque hay lingüistas que la consideran una falsa etimología. De este término provienen los derivados en alemán (Zigeuner), en húngaro (cigány), en México en algunas zonas geográficas les llaman húngaros, en italiano (zingaro) y en portugués y gallego (cigano). En francés se usa con doble ortografía (tzigane o tsigane). Algunos romaníes prefieren la forma sin z, porque esta letra les recuerda al tatuaje empleado por los nazis en los campos de concentración para identificarlos, a pesar de lo cual es lo recomendado por la Academia Francesa.
Bohemios: Término utilizado en francés (bohémiens o boumians) por haber entrado los gitanos europeos en el siglo XV mediante un salvoconducto del rey de Bohemia.
Sin embargo, continúa siendo un desafío polémico para la antropología, la historia y la sociología a la hora de explicar sus orígenes, su evolución en el tiempo y sus estrategias de supervivencia en sociedades dentro de las cuales siempre son minoritarios.
La opinión más extendida afirma, a partir de análisis genéticos y lingüísticos y a la vista de los documentos conservados, que proceden del Punjab, en cualquier caso de alguna zona comprendida entre India y Pakistán. Los datos lingüísticos apuntan a que los antepasados de los gitanos vivieron en el noroeste de la India, antes de migrar al Occidente pasando por la costa sur del mar Caspio. Se desconoce si con anterioridad habían migrado de otro lugar aún más remoto. También se ignoran las causas exactas de su migración hacia el oeste, que se produjo en torno al siglo XI. Tras una estancia al norte de Persia, se desplazaron nuevamente hasta Asia Menor, donde se asentaron durante el siglo XIV. La inestabilidad política provocó el primer éxodo fielmente documentado hacia el oeste y el sur: una rama del pueblo gitano se internó en la Europa Central y otra descendió hasta el norte de África. La entrada de los gitanos en Europa se documenta a partir de los primeros años del siglo XV. A fines de ese siglo, la ruta del sur y la del norte ya se habrían unido en algún punto del sur de Europa (en Francia o España).
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