domingo, 2 de febrero de 2014

PARA NO VIVIR EN CHINA

UN TREN PARA NO VIVIR EN CHINA

(Artículo publicado en el diario “Información” el 26 de enero de 2014http://www.diarioinformacion.com/opinion/2014/01/26/tren-vivir-china/1461892.html)
Esta semana que ha estallado el escándalo del China Leaks me he acordado de Juan Roig, el presidente de Mercadona, que decía hace casi dos años que sentía gran admiración por los chinos porque cultivan la cultura del esfuerzo. Toma cultura del esfuerzo. Siempre se les pide eso a quienes ocupan el más bajo escalón social.
Pero mentiría si les dijera que Roig me ha venido a la mente sólo ahora. La verdad es que me acordaba de él cada vez que Gallardón abría la boca para hablar de la reforma de la normativa vigente en materia de interrupción voluntaria del embarazo. Y me acordé mucho más cuando leí el anteproyecto sobre el que se informó en el Consejo de Ministros del 20 de diciembre pasado. Este anteproyecto, que pretende derogar la actual ley, lo que realmente establece es la maternidad obligatoria.
Vamos, como en China, pero al revés, donde te impiden ser madre. Allí la política del hijo único establecida a finales de los setenta como medida de control de natalidad obligó a abortar a muchas mujeres, especialmente si el feto era de sexo femenino. Esta medida se cambió a finales de 2013, pero sólo para permitir, en casos determinados, que se puedan tener hasta dos hijos como máximo. Si la ley se incumple: multa. Y a las que no tengan dinero para pagarla les espera el aborto obligatorio. Esta crueldad se eleva al extremo en algunos casos, como el de la joven Feng Jianmei, a la que se le practicó un aborto y se la obligó a dormir con el feto de siete meses a su lado.
Pues lo mismo pretende hacer Gallardón (con el consentimiento de Rajoy): obligar a parir, a llevar a término el embarazo. Pero no obligará a todas; sólo a las que no puedan pagarse el aborto en otro país. Por eso muchas mujeres (y espero que también muchos hombres) partiremos desde muchas ciudades de España a Madrid el 1 de febrero para defender nuestra libertad. Queremos que se mantenga la actual ley (aunque sea muy mejorable) porque nos reconoce, por fin, como sujetos autónomos durante el embarazo (aunque solo sea por un periodo de 14 semanas). La vigente ley deja libertad de decisión a las mujeres para continuar o interrumpir su embarazo, sin obligar a nada. No queremos que se “suavice”, como se ha dicho, el anteproyecto. No estamos dispuestas a negociar nada porque ello supondría asumir la pérdida de esa libertad. Si quieren negociar no debería ser este anteproyecto el punto de partida, ni tampoco la actual ley, sino algo similar a lo de China: el aborto obligatorio ¿A que les parece una burrada? Pues eso es el anteproyecto.

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