Guatemala, 20 dic (PL) La líder indígena guatemalteca Rigoberta
Menchú, premio Nobel de la Paz 1992, criticó hoy, en víspera del fin del
calendario maya, el olvido y la marginación en que viven los
descendientes directos de esa civilización mesoamericana.
La defensora de los derechos de los pueblos originarios lamentó que las
celebraciones del 13 B'aktun se hayan "desvirtuado" de lo esencial, lo
humano y lo espiritual para convertirse en un fenómeno turístico.
Los millones de indígenas que no fueron convocados a la fiesta
celebrarán la fecha del fin del calendario en silencio y en la intimidad
de su espiritualidad y su cosmovisión; lejos de las luces y las
cámaras, señaló Menchú.
Cuestionó además que la fama mundial
alcanzada por los mayas durante el último año no obedezca a los
importantes avances de esa civilización en astronomía, medición del
tiempo o arquitectura, sino por las erróneas y catastróficas
interpretaciones sobre el fin del mundo.
En un comunicado
aparecido esta semana, el Consejo del Pueblo Maya de Occidente, que
reúne un grupo de organizaciones de pueblos originarios, calificó de
indignante la forma en que el Gobierno y el sector empresarial
folclorizaron y mercantilizaron la fecha.
Mañana, 21 de
diciembre, concluye el período de cinco mil 200 años del período
conocido como 13 B'aktun, con lo que comenzará una nueva era para el
pueblo maya.
Víspera de esa fecha, más de 73 por ciento de los
descendientes de esa civilización sufren pobreza extrema, la mayor parte
de ellos no tiene accesos a los servicios de salud y educación y ni
siquiera tienen derechos a labrar la tierra que un día les perteneció.
El Parlamento de Guatemala ha rechazado por más de 15 años la
aprobación de una Ley de Lugares Sagrados de los Pueblos Indígenas,
destinada a garantizarles el derecho a utilizar los sitios del país
considerados sagrados por su espiritualidad. |
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