Funerales tradicionales chinos: un profundo ritual se cambia por la cremación
En las grandes ciudades de China los muertos son cremados, pero en las zonas rurales, donde prevalecen los valores conservadores, los entierros predominan como la elección preferida
Mie, 4 Nov 2009 12:46 +0000
Me intrigó la reciente historia de un hombre chino de 92 años de edad que se escapó de la casa de sus nietos y caminó hasta su pueblo natal por temor a ser cremado después de muerto, en vez de ser sepultarlo apropiadamente. ¿Qué estaba haciendo el anciano? La curiosidad me hizo investigar las costumbres fúnebres chinas, y la cremación.
Esto es lo que encontré, y habiendo aprendido mucho, sentí empatía por la decisión del viejo hombre chino.
Sepultar los muertos siempre ha sido una cuestión seria en las sociedad china. Se cree que los arreglos fúnebres inapropiados traen mala suerte para la familia del fallecido.
Tradicionalmente, los rituales funerarios chinos se desenvuelven según la edad del fallecido, las causas de su muerte, su nivel social, y su estado civil.
Según la costumbre china, una persona mayor no debe mostrar respeto por alguien más joven. Por lo tanto, si el muerto es un joven soltero, su cuerpo no puede ser llevado al hogar, sino que debe ser dejado en la casa funeraria. Sus padres no pueden ofrecer plegarias por el hijo: siendo soltero tampoco tiene hijos que ejecuten estos rituales para él.
Si un bebé o niño muere, no se necesitan ritos fúnebres, ya que no se puede mostrar respeto por alguien menor. Entonces el niño es sepultado en silencio.
Los preparativos para el funeral comienzan antes de que la muerte ocurra. Cuando alguien muere en la familia, todas las estatuas de deidades en la casa son cubiertas con un papel rojo y quitan los espejos del lugar. Se cree que si uno ve el reflejo del ataúd en un espejo, en un corto tiempo habrá una muerte en su propia familia.
Una tela blanca se cuelga sobre la puerta de la casa y se coloca un gong a la izquierda de la entrada si el fallecido es hombre, y a la derecha si es mujer.
Antes de ponerlo en el ataúd, se limpia el cadáver con una toalla mojada, se le espolvorea talco y se lo viste con su mejor ropa. El cuerpo se viste completamente, incluso los zapatos, y maquillaje si es mujer, pero nunca se los viste con vestimentas rojas (esto causaría que se convirtiera en un fantasma). En general se usan los colores negro, marrón o azul.
Antes de poner el cadáver en el ataúd, se cubre la cara con una tela amarilla y el cuerpo con una tela celeste.
El velatorio
El ataúd se coloca dentro de la casa si la persona murió dentro de la casa; si murió fuera de la casa se lo ubica en el jardín. La cabeza del ataúd se pone enfrentando la parte interior de la casa. Se lo posiciona a unos 30cm del suelo sobre dos soportes.
Las coronas, regalos y un retrato o fotografía del fallecido, se colocan a la cabeza del ataúd.
El ataúd no se cierra durante el velatorio. Se pone comida frente al ataúd como una ofrenda al fallecido. El peine del fallecido se parte en dos, una mitad se coloca en el ataúd y la otra se la queda la familia.
Durante el velatorio la familia no usa joyas o vestidos rojos; rojo es el color de la alegría. Tradicionalmente los niños y nietos del muerto no se cortaban el pelo durante 49 días desde la fecha del deceso, pero ahora esta costumbre generalmente la siguen sólo las generaciones viejas.
Se acostumbra que los familiares con vínculo de sangre y las nueras lloren durante el duelo como signo de respeto y lealtad al fallecido. Los lamentos y llanto son particularmente fuertes si el fallecido ha dejado una gran fortuna.
En el velatorio, los familiares del fallecido se reúnen alrededor del ataúd y se ubican de acuerdo a su posición en la familia. Se visten con ropa especial: los niños y nueras se visten de negro (el negro simboliza que son los más congojados), los nietos en azul y los biznietos en celeste.
Los yernos se visten con colores más brillantes como el blanco, porque son considerados de afuera.
Los niños y las nueras usan un velo sobre sus cabezas. El hijo mayor se sienta al hombro izquierdo y el cónyuge del fallecido a la derecha. Los familiares que llegan tarde deben caminar de rodillas hasta el ataúd.
Se coloca un altar al pie del ataúd para quemar incienso y se prende una vela blanca. Continuamente se quema papel joss (papel especial usado en estos rituales), y “dinero de oración” para proveer al fallecido de ingresos suficientes en su vida de ultratumba.
Durante el velatorio generalmente la gente juega juegos de azar en el patio de la casa del fallecido. El cadáver tiene que ser ‘custodiado’ y jugar estos juegos ayuda a los guardianes a mantenerse despiertos durante la vigilia; también ayuda a disminuir el dolor de los allegados.
La duración del velatorio depende de los recursos financieros de la familia, pero se necesita al menos un día para permitir que la gente ofrezca sus oraciones y rezos.
Mientras el ataúd está en la casa, un monje canta por la noche versos de las escrituras budistas o taoístas. Se cree que el alma del muerto tiene que enfrentar muchos obstáculos y torturas por los pecados que cometió en vida, antes que le sea permitido tomar su lugar en la vida después de la muerte.
Los rezos y cantos de las escrituras sagradas, y los rituales ofrecidos por los monjes, ayudan en el paso del fallecido hacia el cielo. Los rezos son acompañados de música de flauta, trompeta y gong.
Ceremonia fúnebre
Cuando los rezos y la ceremonia de plegarias se acaban, los lamentos de los que están de duelo alcanza el punto máximo y el ataúd se sella con clavos. El sello del ataúd significa la separación de los muertos y los vivos.
Papeles ‘sagrados’ blancos y amarillos se pegan al ataúd para proteger el cuerpo de ser molestado por espíritus malignos. Durante el sello del ataúd todos los presentes se dan vuelta, porque presenciar el sello del ataúd se considera de muy mala suerte.
El ataúd se lleva con la cabeza del fallecido hacia delante. Se cree que las bendiciones del fallecido son conferidas a los que llevan el ataúd, por lo tanto, generalmente, hay muchos voluntarios llevando el ataúd con un palo atado por encima del mismo.
No se lleva el ataúd directamente al cementerio sino que primero se lo coloca al lado del camino, afuera de la casa, donde más gente ofrece sus oraciones y papeles. Luego se coloca el ataúd en una carroza fúnebre que se mueve muy despacio por un kilómetro y medio con su hijo mayor y miembros de la familia siguiendo detrás y tocando con sus cabezas la carroza.
Se ata un pedazo de tela blanca a los coches que acompañan a la carroza, o se pega un pedazo de papel blanco en las ventanillas. Generalmente el hijo mayor se sienta al lado del ataúd.
El orden de la procesión funeraria sigue las posiciones dentro de la familia. Se enciende un palo de joss y se mantiene así durante toda la procesión simbolizando el alma del fallecido. Si el palo se apaga, se vuelve a encender inmediatamente.
En la procesión, ocasionalmente, se llevan papeles con formas de automóviles, barcos, etc., simbolizando la riqueza de la familia del fallecido.
Si la procesión tiene que cruzar por el agua, se le debe informar al fallecido que el cortejo la va a cruzar. Se cree que si no se le advierte al fallecido de la situación, su alma no podrá cruzar el agua.
El entierro
Los cementerios chinos están generalmente en la ladera de los montes, porque se cree que mejora el feng shui. Cuanto más alto está la tumba, tanto mejor se cree que es la situación.
Cuando la procesión llega al cementerio, todos los presentes se dan vuelta cuando se saca el ataúd de la carroza, y también se dan la vuelta cuando se coloca el ataúd en la tumba.
Los familiares arrojan un puñado de tierra antes de que el ataúd sea completamente cubierto con tierra. Después del funeral, toda la ropa que usaron los que presenciaron el duelo es incinerada para prevenir la mala fortuna asociada con la muerte.
Después que el ataúd se entierra, el sepulturero también ofrece plegarias al fallecido.
A la familia del fallecido se le entrega un paquete rojo que contiene dinero. Éste es un signo de gratitud. De acuerdo con la tradición, el dinero debe ser gastado.
Como signo de gratitud se les entrega una toalla blanca a los visitantes para secarse el sudor.
El hijo mayor sacará un puñado de tierra de la tumba que será puesta en el quemador de incienso, y la familia en la casa seguirá orando por el fallecido usando una tabla de los ancestros.
El luto
Aunque los rituales funerarios se acabaron, el período de luto para la familia continúa por 100 días. Un pedazo de tela de color se lleva en la manga de cada miembro de la familia durante 100 días significando que están de luto. Este es negro para los hijos del fallecido, azul para los nietos y verde para los biznietos. Las familias más conservadoras llevarán estos pedazos de tela hasta por 3 años.
No se mantiene luto si un niño muere, y el marido no está obligado a guardar luto si la esposa muere.
El retorno del fallecido
La creencia china dice que 7 días después de la muerte de un miembro de familia, su alma volverá a su casa. Una placa roja con una inscripción adecuada se puede poner afuera de la casa en este tiempo para que el alma no se pierda.
El día en que el alma retorna, los miembros de la familia deben quedarse en sus habitaciones. Se puede espolvorear con harina o talco la entrada y el pasillo de la casa para detectar la visita del fallecido.
La tradición de la muerte desde el régimen comunista
En China, en las últimas décadas, la cremación se está acercando al mismo nivel de popularidad que en el resto del mundo. Las últimas estadísticas muestran que casi un 46% de las muertes terminan en cremación. Este es un aumento del 15% desde la mitad del siglo XX.
Para muchos estas cifras puede que sean un poco desalentadoras; son el resultado de que en gran parte de China la cremación es obligada por ley.
Bajo el régimen comunista de los años 40, los funcionarios prohibieron la tradición funeraria y ordenaron que todos los muertos fueran cremados.
Usaron todos los argumentos usuales para validar la cremación, como que enterrar los cuerpos en un cementerio es un derroche inútil de espacio, es dañino para el ambiente, y es mucho más caro que la cremación.
Como en China hay budistas que usaron la cremación por mucho tiempo, también fue usado por el régimen para justificar las nuevas leyes.
Se podría decir, que en realidad, los textos religiosos más importantes se mantienen en silencio cuando se trata de este tópico.
Pero hubo mucha resistencia, y asegurar que la orden se llevara a cabo presentó dificultades. Los funcionarios gubernamentales decidieron no pelear con los residentes acerca la cremación.
El seguir esta orden fue en aquel tiempo, y es en el presente, más o menos voluntaria. Entonces las autoridades empezaron a publicar artículos glorificando la cremación y haciendo otras cosas pacíficas para persuadir a los chinos a que opten por la cremación.
Hoy, en las grandes ciudades de China casi un 100% de los muertos son cremados, pero en las zonas rurales donde todavía se siguen los valores conservadores y no los comunistas, la tradición del código moral de los funerales predominan como la elección preferida.
La tradición familiar y los cementerios permanecen en la China rural a pesar de las leyes de cremación; y todavía se está por ver si los funcionarios gubernamentales algún día tomarán medidas drásticas para reforzar las leyes en contra de los funerales.
Mientras tanto, la cremación no es aceptada como la elección preferida, aún entre para los que viven en las grandes ciudades que habitualmente se someten a las reglas.
Los disidentes políticos en China confrontan aún más la rigidez de la ley que normalmente mantiene a los críticos silenciados. En el caso de la cremación parece haber una indicación de que si se dejara la decisión al voto popular el resultado no sería lo que las autoridades imponen.
Un hombre de la ciudad de Liuzhou le dijo a un reportero extranjero: “Si fuese legal, cuando yo muera quiero ser enterrado, no cremado”.
No hay sorpresa de que Luizhou ponga alguna resistencia con este asunto. Tiempo atrás la ciudad fue conocida como la casa de ‘La línea de Longevidad’, el mejor lugar donde comprar ataúdes de madera de alta calidad.
En realidad la leyenda dice que los ataúdes de La Línea de Longevidad eran tan buenos que preservaban perfectamente el cadáver hasta 6 meses después de la muerte.
La famosa calle se llama ahora La línea Siempre Verde y está llena de gente que vive en las viejas fábricas de ataúdes que han sido remodeladas para viviendas. Los pequeños letreros en las calles son testigos de las viejas tradiciones del pueblo chino.
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