Trato de imaginar a las mujeres bajo los abayas en Arabia Saudita, envueltas cinco veces al día por la llamada a la oración y durante un mes al año a su alrededor mujeres envueltas en telas blancas, mostrando el rostro, las manos mientras cumplen con la última obligación como musulmanas, el Hach. Terminan su peregrinación allí, en Meca, recorren diversas ciudades y los preceptos de la religión imperan por todas partes. En el exterior el calor sofocante, constante, la vida en los grandes supermercados se disocia, y las mujeres acuden a la planta de féminas, y los hombres a la suya. En medio pistas de hielo artificial mantenidas con el petróleo que atesoran esas arenas que se extienden por toda la península.
¿Y bajo las abayas de naylon?
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