España: todavía hay mujeres que mueren sin protección ni justicia
Iniciada el 22 de noviembre de 2013.
Las víctimas de violencia de género siguen sufriendo trabas en su acceso a la justicia. Las autoridades españolas justifican su inacción haciendo recaer el peso sobre las mujeres, pero en muchos casos la denuncia no se traduce en protección.
En 2011, según informe del Consejo General del Poder Judicial, la policía sólo realizó valoración del riesgo en ocho de los 16 casos en los que las víctimas denunciaron maltrato previo a su muerte. En la mayoría se valoró el riesgo como “no apreciado o bajo”. La terrible realidad es que todas están muertas. Esta triste tendencia se corroboró en los casos de las cuatro mujeres asesinadas en 48 horas en mayo, así como en los de las mujeres asesinadas en Badajoz en agosto, o en Paiporta, Valencia, en octubre.
Detrás de estos datos se esconden horrendas historias, reflejo de una realidad en la que se archivan, a causa de deficiencias en las investigaciones judiciales, gran parte de los casos. Cinco años después, historias como la de Sylvina Bassani se repiten. Sylvina fue asesinada por su exmarido en 2008, tras haber presentado 28 escritos a un juzgado de violencia denunciando el incumplimiento de la orden de protección por parte de su agresor. Y es que siguen existiendo prejuicios discriminatorios en el sector jurídico donde se cuestiona y se pone en duda la veracidad del testimonio de las víctimas.
No es justo que las víctimas de violencia de género encuentren tantas trabas para acceder a una protección real y efectiva. Por ello es necesario que jueces y juezas de los Juzgados de Violencia sobre la Mujer, fiscalía y personal de las Unidades de Valoración Forense Integral tengan una especialización real, como requisito necesario para acceder a estas plazas.
En 2011, según informe del Consejo General del Poder Judicial, la policía sólo realizó valoración del riesgo en ocho de los 16 casos en los que las víctimas denunciaron maltrato previo a su muerte. En la mayoría se valoró el riesgo como “no apreciado o bajo”. La terrible realidad es que todas están muertas. Esta triste tendencia se corroboró en los casos de las cuatro mujeres asesinadas en 48 horas en mayo, así como en los de las mujeres asesinadas en Badajoz en agosto, o en Paiporta, Valencia, en octubre.
Detrás de estos datos se esconden horrendas historias, reflejo de una realidad en la que se archivan, a causa de deficiencias en las investigaciones judiciales, gran parte de los casos. Cinco años después, historias como la de Sylvina Bassani se repiten. Sylvina fue asesinada por su exmarido en 2008, tras haber presentado 28 escritos a un juzgado de violencia denunciando el incumplimiento de la orden de protección por parte de su agresor. Y es que siguen existiendo prejuicios discriminatorios en el sector jurídico donde se cuestiona y se pone en duda la veracidad del testimonio de las víctimas.
No es justo que las víctimas de violencia de género encuentren tantas trabas para acceder a una protección real y efectiva. Por ello es necesario que jueces y juezas de los Juzgados de Violencia sobre la Mujer, fiscalía y personal de las Unidades de Valoración Forense Integral tengan una especialización real, como requisito necesario para acceder a estas plazas.
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