En la piel de las mujeres de Túnez y Egipto después de la revolución
Las expectativas de libertad generadas por la caída de las dictaduras durante la llamada “primavera árabe” se esfuman ante una presencia cada vez más visible del integrismo islámico en sus calles.
Los países del golfo se han convertido en la mayoría de los países del sur del Mediterráneo en inversores privilegiados en sectores estratégicos de la economía como obras públicas, banca y turismo, en algunos casos superando ya las inversiones europeas en retroceso a causa de la crisis y la desconfianza de los inversores occidentales tras la revuelta.
Los servicios de seguridad internacionales han advertido que asociaciones de Arabia Saudí o Catar están además financiado a los partidos islamistas y a los grupos islamistas radicales. De esta manera la influencia de los países del Golfo se hace cada vez más presente no sólo en la economía sino en la sociedad.
La Catedrática de Filosofía Moral y Política Amelia Valcarcel nos ha contado para este reportaje del Telediario Fin de Semana, la presión que se ejerce de manera especial sobre las mujeres.
Pero junto a la presión integrista en países como Túnez o Egipto surge el activismo de una sociedad dispuesta a resistir.
Las redes sociales sirven de termómetro y nos ayudan a identificar historias del día a día en esta resistencia.
Es el caso de la periodista egipcia Riham Said que se quitó el velo durante la discusión con un imán.
También en Egipto la televisión privada ON TV acaba de emitir un especial sobre el acoso sexual en el que un actor, Oualid Hammad, de 24 años, se viste de mujer y pasea por el centro de El Cairo, con y sin velo, para después contar su experiencia.
Se viste de mujer en El Cairo y explica su experiencia
A su paso los hombres se giran, comentan, interpelan, acompañan a la "dama" vestida con una falda larga. "Ya mozza!" grita uno, "3asl!" (si, mi dulzura!"). Uno susurra proposiciones idecentes. El otro la invita a seguirle a la fuerza con gestos explícitos.
Dispuesto a replicar a quienes argumentan que es vestuario de las mujeres "ligeramente" vestidas quienes provocan este comportamiento el actor repite su experiencia pero esta vez lleva velo. De manera todavía más sorprendente constata que la situación es la misma. "Se trata -dice el actor-de dominación, no tiene nada que ver con el sexo". "Cuanto más cubierta va la mujer el desafío motiva más a los hombres. Se diría que si lleva más ropa para protegerse esto exicita a los hombres que consideran que si logran dominar a las mujeres tienen más valor."
"Por primera vez -añade- he comprobado lo que las mujeres sienten de manera cotidiana"
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